Actualizado 10/09/2010 14:00

José Cavero.- El impuesto para los más ricos.

MADRID, 10 Sep. (OTR/PRESS) -

A medida que se aproxima el momento del debate presupuestario, se insiste en la probable modificación de algunos tramos del impuesto sobre la renta como el más probable recurso que empleará el Gobierno para recaudar más de quienes más poseen, al igual que acaba de anunciar el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, con su pretensión de subir impuestos a los más ricos, que vienen a suponer el 2 por ciento de los ciudadanos estadounidenses. En nuestro país, y según nos ha relatado El Confidencial, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha descartado la creación de un impuesto especial para los ricos pero, a cambio, pretende crear un nuevo 'supertramo' en el IRPF para las rentas más altas, según fuentes conocedoras de la situación. Este nuevo tramo se aplicará a los contribuyentes con ingresos superiores a 100.000 euros y tributará a un tipo del 45 por ciento, dos puntos por encima del marginal actual. Un portavoz de Economía rehusó hacer comentarios.

Se trata de la fórmula más sencilla para imponer el gravamen a las rentas más altas que Zapatero anunció el 26 de mayo. Ahora bien, todavía debe contar con el visto bueno del presidente del Gobierno y no se descarta que tenga que modificarse en las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado. Establecer un nuevo impuesto sería muy complicado, puesto que habría que crear un hecho imponible, es decir, definir el concepto sobre el que recae el impuesto. Y el concepto de ser "rico" o tener "alta capacidad económica" (que es la frase que usó Zapatero en mayo) sólo puede interpretarse como obtener elevados ingresos anuales o contar con un alto patrimonio, ya sea fruto de la actividad del contribuyente o heredado. Si se toma el primer concepto, supondría gravar dos veces los mismos ingresos, que ya están sujetos al IRPF. Adoptar el segundo chocaría con el impuesto sobre el Patrimonio, que no está derogado formalmente aunque ya no exista obligación de declarar. Y resucitarlo tendría el problema añadido de que es un tributo cedido a las comunidades autónomas, lo cual supondría meterse en un enjambre normativo... sin que el Estado recaude un euro. Por tanto, lo más sencillo resulta establecer un nuevo tramo en el IRPF con un tipo de gravamen superior al máximo actual, situado en el 43 por ciento.

Según las fuentes consultadas, el umbral a partir del que se aplicará serán 100.000 euros, que es la cifra que ya han establecido Baleares, Asturias y Cantabria para un nuevo tramo autonómico. Cataluña lo ha situado en 120.000, Andalucía en 80.000 y Extremadura, en 60.000.

En clave política, esta fórmula para subir los impuestos a los que más tienen se acerca más a las tesis de Salgado, que pretendía modificar lo menos posible la fiscalidad después de las subidas aplicadas en julio para no agravar la crisis, frente a las de José Blanco, partidario de una subida generalizada de impuestos en 2011 para reducir el déficit público. La propuesta de Blanco, aunque mucho más impopular, sostiene El Confidencial que tenía mucho más sentido desde el punto de vista recaudatorio: todos los expertos coinciden en que la única forma de incrementar de forma sustancial los ingresos públicos, aparte de la subida del IVA ya aplicada, es elevar todos los tramos del IRPF. De hecho, según las fuentes citadas, los cálculos del propio Ministerio estiman que el nuevo tramo para los ricos recaudará menos de 500 millones de euros, una cifra insignificante para las arcas del Estado. Por tanto, la única justificación de la medida es política.

Según fuentes políticas, Zapatero ha convertido el impuesto a los ricos en una de sus principales armas para aplacar la ira de las bases socialistas por los recortes sociales que ha tenido que emprender para reducir el déficit y por la reforma laboral, aunque no servirá para solucionar el grave desequilibrio de las cuentas públicas. En pocas semanas aparecerá en escena la novedad fiscal.