Actualizado 04/05/2010 14:00

José Cavero.- El juicio a los criminales de la T-4.

MADRID, 4 May. (OTR/PRESS) -

Tres años y medio más tarde, se sientan en el banquillo de los acusados los tres etarras que destruyeron la terminal 4 de Barajas, y que sepultaron en aquellos espectaculares escombros a dos ciudadanos ecuatorianos, residentes en España como inmigrantes, Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palete. Los etarras Martín Sarasola, Igor Portu y Mikel San Sebastián, con sus explosivos, no solamente causaban dos muertos y destrozaban una obra valiosa, sino que además, sepultaban el final de unas negociaciones que el Gobierno había llevado a cabo con los mandos de la banda terrorista ETA que habían dado señales de querer terminar su tiempo de acción terrorista y criminal e incorporarse a la sociedad. Las negociaciones no llegaron a buen fin, pese a las muchas esperanzas que entonces se originaron, y los etarras proporcionaron a la sociedad española, y al Gobierno negociador, su "felicitación navideña" más cruel y más cruenta: el atentado de la T-4 se producía precisamente el 30 de diciembre de 2006, cuando el presidente Zapatero ya había anunciado prácticamente un año nuevo mucho más feliz y en paz...

Pues bien, la Audiencia Nacional juzgará a partir de este lunes a los presuntos etarras autores del atentado. La Sección Tercera de la Sala de lo Penal, que se encargará del procedimiento, también ha habilitado los días 4, 5 y 6 de mayo para enjuiciar esta acción terrorista, que se produjo en pleno alto el fuego de la organización terrorista. Los tres acusados se enfrentan a una petición de la Fiscalía de 900 años de cárcel por dos delitos consumados de asesinato terrorista, uno de estragos terroristas y 41 de intento de asesinato, en relación con el número de personas que resultaron heridas a causa de la explosión. El tribunal, presidido por el magistrado Alfonso Guevara, también ha acordado la prórroga de la prisión provisional de Mikel San Sebastián, tal y como acordó el juez Santiago Pedraz, instructor de los hechos, en relación con Martín Sarasola e Igor Portu. En la causa, además, están imputados el ex jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, 'Txeroki', y el también miembro de la cúpula etarra Joseba Aranibar, a los que se acusa de dar las "instrucciones" necesarias al 'comando' para que llevara a cabo este atentado. Ambos se encuentran en Francia, donde serán juzgados por los delitos que se les imputan en territorio galo. En su escrito de acusación, que lleva la firma del fiscal-jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, el Ministerio Público reclama que los tres presuntos terroristas, que se integraban en un 'comando' denominado 'Goiztiarrak' y posteriormente 'Elurra', indemnicen con 500.000 euros a cada una de las familias de los asesinados.

Según han reconstruido fuentes de la lucha antiterrorista, el atentado se preparó durante una reunión en el monte Auza, situado en el valle del Baztan (Navarra), en la que 'Txeroki' dio "indicaciones" a Sarasola, San Sebastián y Portu sobre cómo llevarlo a cabo. Los tres etarras, naturales de la localidad navarra de Lesaka, realizaron en dos ocasiones un itinerario hasta el aeropuerto de Barajas y mantuvieron otro encuentro posterior con el entonces jefe militar de ETA en el que quedó fijada la caracterización que debía llevar Sarasola en el momento del atentado. El jefe militar encargó a Portu la compra del teléfono móvil empleado para dar aviso del atentado y fijó "el día, hora y lugar" en que debía producirse. El 27 de diciembre de 2006, los tres integrantes del 'comando 'sustrajeron una furgoneta estacionada en la localidad francesa de Luz Ardiden y secuestraron a su propietario, al que mantuvieron retenido dos días. Dos días después, los miembros del 'comando' iniciaron el traslado hasta la terminal del aeropuerto de Barajas, en el que San Sebastián viajó en una motocicleta que hizo la función de 'lanzadera', mientras que Portu se desplazó por separado en otro vehículo esperando la llegada de sus compañeros a unos 50 kilómetros de Madrid. En ese contacto, Portu entregó a Sarasola una maleta que éste utilizó durante su estancia en la T-4 y pasó a conducir su motocicleta. Entonces, Sarasola trasladó la furgoneta a las inmediaciones del aeropuerto e inició el mecanismo de iniciación de la carga explosiva, para a continuación colocarse una peluca, una gorra y una mascarilla en la nariz al objeto de "desfigurar su rostro y su apariencia física". Tras dejar la furgoneta en el aparcamiento del módulo D la T-4, momento en el que fue grabado por las cámaras de seguridad, se desplazó en taxi hasta una zona próximas a las instalaciones de Antena 3 Televisión, en San Sebastián de los Reyes, donde se deshizo de los materiales utilizados para desfigurar su aspecto y tomó otro taxi que le llevó al lugar donde había concertado una cita con Portu. Los dos se desplazaron con la motocicleta hasta el punto donde les esperaba San Sebastián con el vehículo que había traído Portu, para regresar nuevamente a Lesaka. Después de acompañar a Sarasola hasta su pueblo, Portu se acercó a la ciudad de San Sebastián (Guipúzcoa) para realizar las llamadas de aviso sobre la colocación de la furgoneta cargada de explosivos, que hizo con un teléfono móvil. Así, sobre las 7.53 horas de 30 de diciembre efectuó una llamada a la central de la DYA en nombre de ETA en la que advertía de "la colocación de una potente furgoneta bomba" en la T-4. Tres minutos más tarde, efectuó una segunda llamada al Parque de Bomberos de Madrid en la que insistía en la colocación de la furgoneta bomba, aunque interrumpió la comunicación antes de facilitar la matrícula del vehículo. A las 8.35 horas, hizo una tercera llamada a la central SOS/DEIAK de San Sebastián, esta vez desde una cabina telefónica situada en el número 37 de la calle Ategorrieta. Después, avisó a la centralita del diario 'Gara'. A las 8.45 horas, según relata el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, los servicios de seguridad del aeropuerto y los efectivos policiales desplazados localizaron la furgoneta en el lugar donde había sido estacionada y procedieron a desalojar con urgencia a las personas que se encontraban en el módulo D y en sus proximidades. Finalmente, a las 8.59, la furgoneta estalló y causó la muerte de los dos ciudadanos ecuatorianos, heridas a otras 41 personas, la destrucción casi total de las instalaciones del módulo D y daños en un total de 313 vehículos. El 10 de enero de 2007, ETA asumió la autoría del atentado en un comunicado enviado al diario 'Gara'.

Ahora son juzgados aquellos hechos, y con toda probabilidad, los etarras pasarán a la cárcel, ya como condenados de larga duración y para cumplir una pena de muchos años de privación de libertad. Posiblemente no inferior a treinta años...