MADRID 4 Dic. (OTR/PRESS) -
Marruecos considera que "las circunstancias requieren una reevaluación del conjunto de sus relaciones con España en todos los ámbitos", según anunció este jueves el ministro marroquí de Comunicación y portavoz, Jalid Naciri. La reacción del Ejecutivo de Rabat se desencadena después de que el Congreso pidiera, este jueves, al Gobierno que condene "los incidentes violentos" ocurridos durante el desmantelamiento el mes pasado del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik en El Aaiún, en el Sáhara Occidental. La resolución, que fue apoyada por todos los grupos del Congreso, no cita de manera expresa a Marruecos como responsable. Pero no piensa lo mismo el portavoz marroquí, que afirma que la "resolución adoptada por el Parlamento español" se caracteriza "por su hostilidad respecto a Marruecos y contiene párrafos y expresiones antimarroquíes que no pueden ser aceptadas", según cita la agencia oficial MAP.
El Gobierno de Marruecos considera, por ello, que "las circunstancias requieren una reevaluación del conjunto de sus relaciones con España en todos los ámbitos", según anunció el ministro marroquí de Comunicación y portavoz, Jalid Naciri. Esta es la reacción del Gobierno de Rabat tras la aprobación de una moción de IU-ICV en la que se pide al Gobierno "condenar los incidentes violentos" ocurridos durante el desalojo del campamento saharaui. La diplomacia española había tenido buen cuidado, en las declaraciones de la ministra Trinidad Jiménez, y en los plenos del Parlamento Europeo, del Senado y del Congreso de los Diputados, en evitar lo que los activistas saharauis venían reclamando con insistencia: una condena explícita del régimen del Rey Mohamed VI, a quien se atribuye la política que se lleva a cabo en el antiguo Sáhara español.
De manera que el Parlamento marroquí se reunirá este viernes en sesión plenaria para examinar la posición del Parlamento español, informa la agencia oficial MAP. En su rueda de prensa semanal tras el Consejo de Gobierno, Naciri ha asegurado que la moción aprobada por el Congreso de los Diputados español "se caracteriza por su hostilidad hacia Marruecos" y "contiene expresiones antimarroquíes que son inaceptables". Según el portavoz, los partidos españoles que han votado a favor de la resolución están movidos por "viejos complejos hacia Marruecos" y utilizan las diferencias con el reino alauí para sacar rédito electoral. "Las fuerzas políticas españolas ponen una vez más a Marruecos en el corazón de la lucha política interna, dentro de una carrera electoral desenfrenada a fin de desviar la atención de la opinión pública española de la profunda crisis económica", ha subrayado el portavoz. Asimismo, Rabat lamenta que las Cortes españolas hayan "preferido condenar a Marruecos en lugar de felicitar a las autoridades por la cordura y la responsabilidad que demostraron en los últimos incidentes de El Aaiún, que no provocaron ninguna muerte entre civiles".
En la moción aprobada este jueves Madrid se insta al Ejecutivo a "expresar a las autoridades marroquíes su preocupación ante las informaciones sobre violaciones de derechos humanos en el territorio del Sáhara Occidental". El texto es similar a los aprobados por el Senado el pasado martes y por el Parlamento Europeo la semana pasada, que también recibió el respaldo de todos los grupos políticos, y que Marruecos tildó de "parcial, injusta y precipitada". El Ejecutivo de Zapatero ha insistido en que no condenaría a Rabat mientras no haya datos suficientes para saber lo que ocurrió en el desalojo el pasado 8 de noviembre y en los disturbios de los días posteriores.
Las relaciones hispanomarroquíes resultan "altamente sensibles" y requieren una especial habilidad y diplomacia, según observan expertos españoles, que han tenido buen cuidado en no "molestar" a las autoridades de Rabat por ninguna causa que pudiera afectar a los intereses españoles. Buena demostración de ello es la nota facilitada ayer por el Ministerio de Exteriores en la que "reitera, en todo caso, su voluntad de mantener las mejores relaciones posibles con el Gobierno marroquí, desde el respeto a las instituciones de cada país". Ramón Jáuregui se explicaba de parecida manera. Es evidente que el Gobierno español no querría, de ninguna manera, que se abriera un nuevo tiempo de mala relación con Rabat. Se ha esforzado en evitarlo durante toda esta crisis, como en las anteriores originadas por Ceuta, Melilla o Peregil...