Actualizado 16/09/2010 14:00

José Cavero.- Montilla acusa a Convergencia de juego sucio.

MADRID 16 Sep. (OTR/PRESS) -

La Vanguardia ha calificado este miércoles de "reacción contundente" del presidente de la Generalitat la suscitada por la entrevista de Pasqual Maragall en la que éste pronosticaba la victoria de Artur Mas. José Montilla no reaccionó contra su antecesor, sino contra los autores de la entrevista. "No entraré -dijo- a valorar los escrúpulos de las personas que han ido a hacer una determinada entrevista en determinados momentos", dijo ayer el presidente, que consideró "juego sucio" la publicación de esa entrevista por la revista de Convergencia Democrática MésCat. "Hablan de juego limpio, pero estoy convencido que en el fondo van a practicar mucho juego sucio", manifestó el presidente. El ex presidente Maragall declaraba en la mencionada entrevista: "Creo que ganará Artur Mas porque toca" y tras varios elogios al líder de CiU, consideraba que "la gran ventaja que tiene es que ahora toca porque ya hace mucho tiempo que los otros gobiernan y espero que lo haga bien".

Más allá de valorar la conveniencia de la alternancia política, en ningún momento Maragall expresa su apoyo político o su identificación con el proyecto de Convergencia i Unió, y mucho menos su conversión al nacionalismo, pero el revuelo que provocó la divulgación de la entrevista, decidió al ex presidente a escribir un artículo para dejar claro que si bien ya no pertenece al PSC, no se le ha pasado por la cabeza incorporarse al partido con el que siempre rivalizó. En su artículo, repleto de ironías para unos y para otros, el ex presidente empieza mostrando su sorpresa con la frase "Parece como si me hubieran declarado convergente...".

Las acusaciones de juego sucio se referían al hecho de entrevistar a Maragall cuando todo el mundo sabe que padece la enfermedad de Alzheimer. A partir de ahí se ha producido un intercambio de reproches, exigiéndose mutuamente, socialistas y nacionalistas, respeto a Maragall. Desde CDC se recordó que el ex presidente, por voluntad propia, no ha dejado de intervenir en el debate político catalán, especialmente desde que abandonó su militancia en el PSC. Asimismo, se dio a conocer que la entrevista fue realizada este verano en el Empordà, donde la familia Maragall tiene su segunda residencia, que Pasqual Maragall revisó la entrevista antes de ser publicada, y que la propia familia del ex presidente autorizó -incluso por escrito- que se publicaran las declaraciones tal como se reprodujeron en la revista del partido. El portavoz nacionalista, Oriol Pujol, aseguró que las declaraciones de Maragall no le sorprendieron porque "hace meses que las viene manifestando en privado". "La relación que tiene el presidente Maragall con nosotros -añadió Pujol- es de mucha complicidad".

Por su parte, entrevistado por Josep Cuní, Artur Mas otorgó dimensión política a la actitud de Maragall: "Hay una parte del centroizquierda que quiere el cambio y que ve en CiU la posibilidad de un cambio con una CiU con mentalidad abierta, de trato afable y con un proyecto para todo el país". Se sabe que las relaciones personales entre Maragall y Mas han mejorado con el tiempo. Incluso ahora, al estallar la polémica, evitaron aparecer juntos en la inauguración de una exposición para recaudar fondos para la fundación auspiciada por Maragall para luchar contra el alzheimer. Sí se retrataron juntas y brindaron las esposas de ambos, Diana Garrigosa y Helena Rakosnik.

Esta nueva polémica preelectoral coincide paradójicamente con el debate sobre la posibilidad de un pacto entre CiU y el PSC si el tripartito no suma y los nacionalistas no alcanzan la mayoría absoluta. El tema lo puso encima de la mesa el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y Artur Mas y José Montilla se han apresurado a enfriar las expectativas. Todo son pegas para la sociovergencia por parte de ambos líderes. "Un Govern CiU-PSC sería tremendamente complicado, distinto del tripartito, pero igual de complejo", dijo Mas. "No es lo más probable, porque competimos más que nos complementamos", señaló el presidente Montilla. Sin embargo, en las entrevistas, tanto el presidente como su contrincante terminan sus reflexiones con la misma frase: "No hay que descartar nada".

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