Actualizado 15/09/2010 14:00

José Cavero.- El otoño caliente que viene.

MADRID 15 Sep. (OTR/PRESS) -

Pocos dudan de que este otoño promete ser especialmente cálido, en lo socioeconómico. Primero, por la huelga del día 29, todavía con éxito incierto, aunque nadie duda de la capacidad de los delegados sindicales para inmovilizar el país. Hay recursos, como los transportes públicos, que resultarán decisivos, en ese propósito sindical, como las dos centrales tienen sobradamente comprobado y demostrado. Los dieciséis mil delegados sindicales que fueron convocados la semana pasada en Madrid ya se aprestan a jugar sus cartas, y nadie duda de que lo harán "con eficacia". Los piquetes llamados informativos tendrán mucho que decir en esa paralización a la que aspiran Méndez y Toxo.

Pero no será esa fecha más que el comienzo de un tiempo que tendrá otras dificultades añadidas, como los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene. El Gobierno sigue recabando apoyos para aprobar una de las cuentas públicas más complicadas de los últimos años: los Presupuestos, que deberán presentarse a finales de mes, y que recogerán una caída media del 16 por ciento en el gasto de los ministerios. Unos presupuestos en los que también deberá aparecer una eventual elevación de los tipos fiscales para las rentas más altas. Además, la agencia de calificación Moody's amenaza con rebajar la nota de solvencia de España, también a final de mes.

Pero el presidente, conocido por su "optimismo antropológico", confía en que la tormenta económica escampe para final de año: la destrucción de empleo -que se ha llevado por delante en nuestro país 2,7 millones de puestos de trabajo desde el inicio de la crisis, con la tasa de paro por encima del 20 por ciento- "seguirá reduciéndose en los próximos meses", según dijo el lunes en la cumbre de Oslo, convocada por el Fondo Monetario Internacional y la Organización Internacional del Trabajo. A pesar de que España se enfrentará, según todas las previsiones, a un lento crecimiento en los próximos trimestres y de que los analistas no descartan incluso una recaída en la recesión en la segunda mitad de 2010 -contradiciendo las previsiones de Elena Salgado, que había anunciado un año 2010 completo ya de crecimiento sin baches-, Zapatero auguró que "a finales de este año o a principios de 2011", se retomará la senda de una creación de empleo "moderada". "Con crecimientos aún muy moderados, eso sí", enfatizó. Zapatero hizo una encendida defensa de la formación como la reforma pendiente en el mercado laboral español. Y dijo que "una persona, cuando está formándose, está trabajando para el país". Pero, además, hizo referencia a otra reforma en puertas, la de las pensiones, que pretende dejar aprobada antes de que acabe el año, y que también suscitará encontronazos y pasiones entre los grupos políticos. Hoy por hoy, y aunque todos reconozcan la conveniencia de reforzar el Sistema, pocos se atreven a defender el alargamiento, desde los 65 a los 67 años, de la edad de jubilación, probablemente la prueba más difícil que Zapatero se ha guardado para el final. Un trimestre de infarto, ciertamente...

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