Actualizado 02/09/2010 14:00

José Cavero.- El PNV, solicitado por el PSOE y CiU.

MADRID, 2 Sep. (OTR/PRESS) -

La aprobación de los presupuestos se sigue presentando como una de las primeras preocupaciones del nuevo curso político: Las negociaciones con el PNV, la actitud de Patxi López, los propósitos de CiU..., son abordados este miércoles por distintas informaciones periodísticas, no necesariamente coincidentes. Mientras El país señala que Gobierno y PNV constatan su interés de que no haya adelanto electoral, cuenta ABC que CiU insta al PNV a no votar los presupuestos y a forzar elecciones, y en el mismo sentido se inscriben las crónicas de La Vanguardia y El Periódico de Cataluña: CiU pide al PNV que no apoye a Zapatero para forzar elecciones, dice el primero de estos diarios, y el segundo que CiU pide al PNV que le ayude a forzar elecciones anticipadas. También La Razón se abona por esta tesis: CiU pide un plante a los presupuestos para forzar el adelanto electoral. CiU apuesta por un cambio político de rumbo y de Gobierno. CiU ha llamado a toda la oposición, y muy en especial al PNV, a poner palos en la rueda del Gobierno. El número dos de Convergència Democràtica de Catalunya, Felip Puig, pidió a sus "amigos, socios y vecinos del PNV" que se unan a su rechazo a las Cuentas para "forzar" elecciones anticipadas. Sin embargo, según explica este miércoles el diario El País, ni al Gobierno de Zapatero ni al PNV les interesa el adelanto de las elecciones generales que se derivaría de la devolución de los Presupuestos Generales del Estado del Parlamento al Ejecutivo.

Y ése será el principal motivo para que ambos tratarán de llegar a un acuerdo y salvar las cuentas antes del 20 de octubre, una vez descartado el apoyo al Gobierno de CiU y los partidos a la izquierda del PSOE (IU, ICV y ERC). Los peneuvistas, según esta información, no quieren facilitar ahora una mayoría absoluta del PP. Ésa fue la conclusión más clara que quedó sobre la mesa tras la reunión del pasado martes en Madrid entre el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el equipo de confianza del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el ministro de Fomento, José Blanco, y el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, José Antonio Alonso. En las casi dos horas que duró el encuentro secreto, el principal líder del PNV dejó clara su voluntad de negociación. Al PNV no le interesa que un adelanto electoral, provocado por la falta de apoyo a los Presupuestos, facilite una victoria del PP, sobre todo si ésta es por mayoría absoluta, porque perdería cualquier posibilidad de influir en la política española. Tanto si Zapatero adelantara las elecciones a febrero como si decidiera unirlas en mayo a las municipales, el perjuicio no sólo sería para los socialistas, que necesitan tiempo para dar la vuelta a las encuestas. También lo sería para los peneuvistas, que se arriesgan quedar políticamente laminados con un PP en el Gobierno de España con una mayoría amplia y ellos en la oposición en Euskadi.

Pero Urkullu también dejó claro en el encuentro que su apoyo a los Presupuestos no iba a ser a cualquier precio. Les adelantó que el eje de sus propuestas negociadoras iba a consistir en un aumento del autogobierno vasco con traspasos relacionados con la salida a la crisis y la creación de empleo. Sobre la mesa apuntó un paquete de traspasos abierto, entre los que figuraban como sobresalientes las políticas de empleo y la Inspección de Trabajo, pendientes de transferir a la comunidad vasca; otro paquete de subvenciones, como las de la máquina-herramienta, muy importantes para el empresariado vasco, afectado por la crisis, y el cambio de denominación de las provincias vascas, formuladas en euskera, como ya sucedió en Cataluña, que figuraba entre las resoluciones que los peneuvistas presentaron en el debate sobre el estado de la nación, en julio. El paquete negociador no se cerró en esa reunión. Su contenido se precisará en un próximo encuentro porque este tenía como objetivo "aclarar la voluntad de negociación y crear un clima propicio", según fuentes próximas a los reunidos. El PNV está a la espera de que, en esa próxima reunión, "el Gobierno proponga una respuesta concreta a la oferta de autogobierno, y será clave cómo se transfieren las políticas de empleo", señalan fuentes del PNV.

En cuanto a la representación del Gobierno de Zapatero explicó a Urkullu que sus propuestas ofrecían "margen para negociar", aunque también aclaró al líder del PNV que la negociación tenía unas líneas rojas que no podía sobrepasar: la ruptura de la caja única de la Seguridad Social. El encuentro del pasado 24 de agosto estuvo precedido de otros a varios niveles desde hace meses. Zapatero, advertido desde mayo de que ni CiU ni los partidos a su izquierda (ERC, IU e ICV) iban a apoyar los Presupuestos, inició un acercamiento al líder del PNV, al convertirse este partido en el único aliado que podía posibilitarle mayoría, y lo recibió en La Moncloa en primavera. Posteriormente ha mantenido varias conversaciones telefónicas con él y lo seguirá haciendo en el transcurso de la negociación presupuestaria. Lo mismo ha sucedido en el ámbito parlamentario. El portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, y su equipo -Eduardo Madina y Francisco Fernández Marugán- mantienen desde la primavera conversaciones con el portavoz del Grupo del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka. Zapatero y su equipo cuentan también con que la negociación presupuestaria con el PNV concede a este partido un protagonismo en Euskadi en detrimento del partido gobernante, el PSE, y su lehendakari, Patxi López.

El año pasado, el PNV consiguió su cuota de protagonismo político al pactar en la negociación presupuestaria con el Gobierno el blindaje del Concierto Económico. Zapatero tratará de evitar en lo posible daños colaterales para el Gobierno de Patxi López. Su primer propósito es mantenerle informado de sus negociaciones con el PNV. Por ello, el jueves, telefoneó a López para informarle de la reunión de su equipo con el PNV y de las expectativas de negociación. Zapatero aclaró al lehendakari que los Presupuestos de 2011 no son "unos Presupuestos cualquiera" y que la prórroga no se podía manejar porque había que transmitir a los mercados un mensaje claro. No pidió nada concreto a López, pero apeló a su sentido de Estado. López le respondió que lo entendía y aclaró que confiaba en que el Gobierno tendría en cuenta los intereses de Euskadi. López, es consciente, como pone de relieve El Mundo, que un cómodo acto de arranque del curso político se convertiría en el más duro exámen de los que ha tenido que pasar en su mandato. López asume que la totalidad de las políticas activas de empleo podrían transferirse como pretende el partido de Urkullu, pero advirte al presidente de que supondrá 'romper' la caja única de la Seguridad Social, algo a lo que siempre se ha opuesto el PSOE. El lehendakari 'engrasó' los primeros pasos de la negociación presupuestaria abierta entre el Gobierno central y el PNV dejando a un lado reticencias y anunciando un acuerdo "muy avanzado" para transferir las políticas activas de empleo a Euskadi, punto de partida que exigen los nacionalistas vascos para entrar al detalle en la discusión de las cuentas públicas de 2011.

Pero, aunque parece que está muy avanzado un eventual acuerdo PSOE-PNV. aún quedan flecos por negociar y cerrar.