Actualizado 03/09/2010 14:00

José Cavero.- El precio que se pagará al PNV.

MADRID 3 Sep. (OTR/PRESS) -

Mucho se viene hablando del eventual acuerdo al que podrían llegar, y que tratan de alcanzar el Gobierno de la Nación y el PNV para que este partido nacionalista vasco dé su decisivo apoyo a la aprobación de los presupuestos generales del Estado para el año que viene. ¿Qué clase de pacto satisfacerá a los nacionalistas sin que los propios socialistas de Euskadi, que gobiernan la Comunidad, puedan verse perjudicados? El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha marcado desde Tokio, los límites a la negociación con el PNV, y en concreto, a la reivindicación de cesión de la gestión económica de la Seguridad Social que tantas protestas ha levantado en otras comunidades autónomas, tanto gobernadas por el PSOE, como por el PP, que han puesto el grito en el cielo ante esa posibilidad. El límite impuesto por el presidente del Gobierno, es el de las sentencias del Tribunal Constitucional, que rechazan la ruptura de la "caja única". Ésa es "la línea roja" que deberán evitar los negociadores de ambas partes, gobierno y PNV, y sobre la que vienen alertando otras fuerzas políticas e incluso el propio lehendakari Patxi López.

En la referida rueda de prensa con periodistas españoles, Zapatero reiteró su disposición a acometer las transferencias del Estatuto de Gernika pendientes de traspasar al País Vasco, pero con una llamada a la responsabilidad de los partidos que quieran negociar los presupuestos: "No estamos hablando de una política de corto alcance, sino de gran trascendencia para el país", porque se trata de incluir en los Presupuestos Generales del Estado los compromisos de austeridad y equilibrio fiscal a los que se ha comprometido la economía española, y que son básicos para la recuperación económica. "La economía española necesita los presupuestos. Las reformas iniciadas necesitan los presupuestos. La austeridad fiscal necesita los presupuestos, y el gobierno hará los esfuerzos máximos para alcanzar un acuerdo presupuestario que siente bien a la economía", dijo Zapatero, insistió en su llamamiento: "No se trata, y menos en estos presupuestos, de que en un momento de tanta trascendencia para la consolidación de las reformas, se tengan visiones tácticas de alcance político o partidista, sino de pensar en el futuro" y, añadió: "Espero que los grupos tengan en cuenta el interés general a la hora de llegar a acuerdos, porque los presupuestos influirán en el funcionamiento de todas las administraciones públicas".

Paralelamente al acuerdo concreto que dará apoyo a los presupuestos, el jefe del gobierno aspira a conseguir un acuerdo más amplio con el PNV, de forma que pudiera constituirse en grupo parlamentario "de apoyo permanente" para otra serie de iniciativas legislativas ya en marcha, como la Ley de Economía Sostenible o la reforma de la ley de pensiones, que también reclamarán una mayoría de la que el PSOE, por sí solo, no dispone, y que pondrían en serios aprietos, una vez más, lo que queda de legislatura. Naturalmente, al PNV deberán convencerle los argumentos y contraofertas que le hagan los negociadores socialistas.

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