José Cavero.- Primeras reacciones en Madrid y Barcelona.

MADRID 29 Jun. (OTR/PRESS) -

Casi a la misma hora, pasadas las ocho y media de la tarde de este lunes, intervenían la vicepresidenta De la Vega, desde el palacio de la Moncloa, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla. Los dos militantes socialistas, y los dos en una actitud de radical discrepancia sobre el fallo del Tribunal Constitucional. Mientras De la Vega, en nombre del Gobierno, mostraba su satisfacción, sin ninguna clase de críticas a los magistrados ni a su tarea, en cambio, el presidente de la Generalitat expresaba críticas generales y amplísimas a los magistrados del TC, contra quienes, por cierto, cabe recordar, había reclamado recientemente que se declararan incompetentes para emitir el fallo finalmente logrado tras casi cuatro años de espera. Montilla acata pero no acepta el fallo anunciado. En primer lugar, ha reiterado su convencimiento de que el texto ahora rectificado por el TC, es perfectamente constitucional, y no sólo el 95 por 100 declarado constitucional por el TC. También ha querido dejar claro que no estamos ante una victoria de las tesis del PP, el partido que recurrió el texto aprobado por el Parlament de Catalunya. Y no ha querido pasar por alto el enfado y la indignación que los magistrados del TC le han producido, a él mismo y a buena parte de la clase política catalana.

El enfado de Montilla es compartido, con certeza, por los restantes grupos del tripartito que gobierna Cataluña, pero también por los nacionalistas de CiU, que se han manifestado desde el primer momento en contra del fallo de los diez magistrados del TC. Es seguro que en el mensaje de tono indignado de Montilla había claros propósitos de intervenir con este asunto en la campaña, y no hay duda de que el fallo y la sentencia estarán muy presentes en los próximos meses en la vida política catalana.

Una tercera reacción a resaltar, la del PP. La portavoz parlamentaria Soraya Sáenz de Santamaría se apuntaba el mérito del fallo del TC, por razón de su recurso, y reclamaba la adhesión de todos a la sentencia. No es improbable que, por estas declaraciones del PP, vaya a reclamar su propia presencia y protagonismo en la campaña catalana*, y posiblemente no para bien. De nuevo, volverán a ser "los malos de la película" para las restantes fuerzas políticas, y será difícil que remonte su mala imagen ante los catalanes.