MADRID 29 Ene. (OTR/PRESS) -
Tras conocerse la existencia de tres localidades que aspiran a ser sede del almacén de residuos nucleares --Ascó, Yebra y Villar de Cañas--, las dos cuestiones que aún quedan por resolver son: primera, si habrá otros aspirantes a que el almacén de residuos nucleares se residencie en sus correspondientes municipios; y segunda, qué criterios aplicará el Gobierno para determinar, finalmente, dónde estará ese ya famoso almacén, deseado por unos cuantos y repudiado por otros... En cuanto a si puede haber otras candidaturas, es evidente que mientras haya plazo estará abierta esa posibilidad. Pudiera "animarse" alguna otra localidad o comarca en razón de las subvenciones que lleva consigo el almacén.
Por fortuna, hay varias posibilidades, porque en algún momento se llegó a temer que el repudio sería total y absoluto en todas partes. Y en cuanto a los criterios de ubicación, será difícil acertar esa quiniela. Pueden aplicarse criterios muy distintos y, a estas alturas, no se sabe bien si favorece el hecho de que dos de las comarcas solicitantes ya sean "zonas nucleares". ¿Eso es ventaja o desventaja? La tercera opción, la de Villar de Cañas, parece que suscita mucha menos pasión de sus propios vecinos y de los pobladores de la zona, todos los cuales ven en el almacén la gran oportunidad para que esa comarca, pobre y sin recursos, tenga un deseable despegue económico y, por una vez, cree empleo y no destruya expectativas. Pero, mientras tal cosa avanza y se aclara, los políticos hablan y discuten.
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, rebatió los argumentos de José María Barreda y José Montilla, dos presidentes autonómicos de su partido que han mostrado su oposición a tener el almacén en sus correspondientes comunidades autonómicas. Sebastián incluso ironizó sobre la carta que el presidente catalán le ha enviado con los motivos de su rechazo a que el silo vaya a Ascó (Tarragona). "Tengo gran curiosidad por la carta", declaró el ministro, en lo que pareció una alusión a que fue Montilla en 2006 quien inició el proceso de selección vendiendo las bondades de la instalación. El ministro, que no rehuye un combate con miembros de su partido, no fue tan duro como cuando dijo que la opinión de Barreda no importaba, pero dejó claro que cree que éste es un tema entre ayuntamientos y Gobierno: "Es muy difícil justificar que, si lo quieren los ciudadanos de un pueblo o de un municipio, se lo niegue la comunidad autónoma. Tampoco me parecería razonable. Tenemos que buscar una solución de consenso entre todos". Sebastián no dejó pasar el argumento común a Montilla y Barreda, de que sus comunidades ya han sido solidarias en materia nuclear: "Cataluña consume más energía de la que produce. Castilla-La Mancha recibe miles de millones de todos los españoles en el apoyo a las primas de energías fotovoltaica y termosolar. Por tanto, el concepto de solidaridad energética hay que manejarlo con mucha prudencia", aconsejó Sebastián.
Al mismo tiempo, en Madrid, la asociación de "pueblos nucleares" dio su apoyo a Yebra (del PP, en Guadalajara) y Ascó (CiU) y declararon estar "atónitos" por el comportamiento de la clase política. Sólo uno de los 13 municipios de la zona de Ascó y uno de los 13 de Yebra -Flix en Tarragona y Albalate de Zorita en Guadalajara- se oponen al proyecto. El resto no tiene nada que objetar a que el silo se ubique en sus comunidades. "El almacén no ha recibido críticas de seguridad y no supone ningún riesgo", afirmó el gerente de la asociación, Mariano Vila D'Abadal, que criticó el "circo político" en la cuestión.
Por lo demás, la situación de cada opción existente es bien distinta, pero en los tres casos están en entredicho las actitudes de los dirigentes políticos. En Castilla-La Mancha, la situación se le ha complicado a la secretaria general del PP y líder en la comunidad, Dolores de Cospedal. El PP y su secretaria, que primero se oponían a la candidatura de Yebra, optó por abstenerse a la de Villa, en Cuenca. Cospedal, que ayer arremetía contra el Gobierno, porque no termina de decidir -ignora que hay plazos establecidos, y que hay libertad de opinión para los municipios...-, ha citado a la cúpula de su partido en Castilla-La Mancha hoy en Toledo para poder orden. En cambio, en Cataluña, se modula la oposición a Ascó. Las declaraciones del alcalde, Rafael Vidal, asegurando que tanto Montilla como el líder de CiU, Artur Mas, conocían sus intenciones y no le frenaron, obtuvieron una vaga respuesta. Mas rehuyó el debate nuclear en el Parlamento catalán. La cuestión nuclear la sacaron los socios de Montilla, ERC e ICV, que quieren forzar una votación contra el almacén. Fuentes de CiU y otras próximas al presidente catalán negaron que Mas y Montilla hubieran dado luz verde al edil, pero admitieron haber sido informados.
Como solemos decir, estos asuntos requerirán bastantes capítulos más. Ni mucho menos está todo decidido...