Actualizado 24/07/2010 14:00

José Cavero.- La serpiente del candidato PSOE.

MADRID 24 Jul. (OTR/PRESS) -

Para muchos ya no hay duda alguna, o nunca la hubo, y Zapatero volverá a ser candidato a la presidencia por el PSOE, en las elecciones de marzo de 2012. Ni cambiará el candidato ni cambiará la fecha prevista. Otros, en cambio, siguen planteado dudas sobre ambas cuestiones: las elecciones podrían acumularse en mayo próximo -municipales, autonómicas y generales, todas juntas- y el candidato a ocupar la Moncloa y la cabecera del Consejo de Ministros aún pudiera modificarse. No falta quien sostiene que el propio José Luis Rodríguez Zapatero alimentaba esa incertidumbre sobre su candidatura en el homenaje que le rindió su partido en el décimo aniversario de su elección como secretario general cuando dijo que "hay que respetar los tiempos y saber administrarlos". Desde luego, pudo haber sido ocasión propicia para zanjar de una vez por todas el debate (escaso o nulo) que, existe dentro y fuera del PSOE. Entre los asistentes al cumpleaños en la sede de Ferraz, no faltaron quienes sospechaban que Zapatero daría alguna pista para despejar ese enigma. Pero el presidente del Gobierno no hizo la menor alusión a tan espinoso asunto. Aunque no pudo evitar, según se cuenta en El Confidencial, que, al concluir el acto, y en un corrillo informal con un grupo de periodistas, éstos le plantearan con avidez la cuestión. "Los tiempos en política son un valor", fue la enigmática respuesta de Zapatero, que se limitó a añadir: "Hay que respetar los tiempos y saber administrarlos". A quien si aludió durante su intervención fue a su más directo rival en el 35 Congreso Federal celebrado hace 10 años, un gesto hacia un Bono en sus horas más bajas. Sentado en primera fila, Bono no ocultó su emoción cuando Zapatero, tras agradecer "la lealtad y el apoyo que he sentido cada uno de los días que he estado al frente del Partido Socialista", añadió: "Siempre hay personas a las que se puede mencionar, y hoy quiero mencionar a uno, con un abrazo más fuerte que nunca: a Pepe Bono", parece que "muy afectado personalmente" por su reciente ruptura matrimonial y las sospechas sobre el origen de las informaciones acerca de su incremento patrimonial.

Por lo demás, el líder socialista aprovechó la celebración para hacer gala de su muchas veces criticado optimismo antropológico -o patológico, como le recriminan sus críticos-, recuperado pese a la grave situación económica y política. "Estamos mucho mejor de lo que parece y lo vais a vivir", dijo en su propósito de retomar el discurso positivo para insuflar confianza a la economía. "No soy optimista porque desconozca las dificultades; sino porque conozco las potencialidades de España y de los españoles, que hemos superado momentos difíciles y hemos demostrado al mundo que somos un país moderno, avanzado y capacitado como cualquier otro", señaló. Curiosamente este mismo mensaje es el que ha utilizado en las últimas semanas Rajoy. Pero Zapatero también aprovechó su discurso para justificar sus decisiones más duras e impopulares, opuestas al ideario socialista, y para demostrar que el PSOE está por encima de los intereses electorales: "Recordad que los ciudadanos de este país desean que se les digan las cosas, aunque sean difíciles, pero también que se les marque un rumbo de confianza". Y se mostró preparado para afrontar el próximo paro general convocado por UGT y CCOO para el 29 de septiembre. "Siempre hemos sabido aceptar las críticas, hasta las huelgas", sostuvo.

Han señalado los cronistas que entre los 150 asistentes al aniversario destacaban algunos ex ministros críticos con la deriva personalista que ha tomado el Ejecutivo de Zapatero; entre ellos Jordi Sevilla, uno de los fundadores de la extinta corriente Nueva Vía, así como otras antiguas figuras de su Gobierno a las que el líder socialista buscó acomodo en el propio partido, el Congreso o el Parlamento Europeo, como Jesús Caldera, Carmen Calvo o Juan Fernando López Aguilar. También acudió al cumpleaños la que fuera una de sus rivales en el 35 Congreso Federal del año 2000, la guerrista Matilde Fernández. Por supuesto, estaban presentes la actual dirección del PSOE y casi todos los pesos pesados del partido y del Gobierno, como José Blanco, María Teresa Fernández de la Vega, Manuel Chaves, Elena Salgado, Leire Pajín, Javier Rojo, Celestino Corbacho, Ángel Gabilondo, José Antonio Griñán, Marcelino Iglesias o el ya mencionado José Bono. Llamó la atención, en cambio, la ausencia del ex vicepresidente económico Pedro Solbes, que abandonó el Gobierno en 2009. Bono intervino para elogiar a Zapatero y sus capacidades para vencer, de las que él mismo es demostración. Vence y no pierde los buenos modales, dijo el manchego.

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