Actualizado 28/09/2010 14:00

José Cavero.- Zapatero no se resigna a perder el voto joven.

MADRID 28 Sep. (OTR/PRESS) -

José Luis Rodríguez Zapatero ha retomado su agenda de mítines para regresar a los escenarios de toda España. Tras meses dedicado exclusivamente a su rol de presidente del Gobierno, el líder socialista ha salido al rescate de su partido, afectado por una grave hemorragia de votos, así como por el desafío de los sindicatos y otros colectivos de izquierda que respaldan la huelga general del próximo miércoles. Si el domingo 19 de septiembre participó en la Fiesta de la Rosa de un PSC en plena precampaña electoral, Zapatero acudió este domingo a Zaragoza con el objetivo de recuperar la complicidad de los militantes socialistas a tres días del paro general. Para ello, ha convertido el desempleo juvenil en el eje de su discurso, y en el principal motivo por el cual asegura haber impulsado la reforma laboral que tanto disgusta a los sindicatos.

En su mitin, Zapatero sostuvo que es deber del Gobierno intentar cambiar las cosas, y puso como ejemplo de esta necesidad a los miles de jóvenes que, pese a su alta cualificación, no consiguen empleo. Los estrategas de Ferraz consideran que el descontento de los jóvenes por la situación económica puede traducirse en un severo revés electoral, por lo que están dirigiendo todos sus esfuerzos a que la huelga no despierte un voto de protesta que favorezca al PP.

Zapatero recordó, una vez más, que 200.000 jóvenes se benefician de ayudas al alquiler de vivienda, y que su Gobierno ha multiplicado las becas como ninguno otro. Además, completó este mensaje apelando a la lucha por la igualdad, y a que en su Gobierno "hay más ministras que ministros". Y es que las mujeres son otro claro objetivo electoral del PSOE, y ayer quedó demostrado con la presentación en sociedad de la nueva candidata a la Presidencia del Gobierno de Aragón, Eva Almunia. Ante la presión que ejerce el PP en los feudos socialistas, Zapatero ha tenido que salir de la Moncloa para respaldar a los candidatos de Cataluña, Aragón o Andalucía. Eva Almunia, secretaria de Estado de Educación, tiene ahora la responsabilidad de sustituir a Marcelino Iglesias, hombre de la confianza de Zapatero que gobierna la comunidad aragonesa desde 1999.

Los populares han apostado fuerte presentando la candidatura de Luisa Fernanda Rudi, ex alcaldesa de Zaragoza y ex presidenta del Congreso, mientras que las dudas se apoderaron de los socialistas al conocer la retirada voluntaria de Iglesias. No obstante, las previsiones electorales en Aragón siguen siendo más alentadoras para el PSOE que en Cataluña, donde Zapatero prometió hace una semana recuperar buena parte del Estatut, o que en Andalucía, adonde acudirá el próximo fin de semana. El líder socialista acompañará en Sevilla a José Antonio Griñán en la presentación oficial de los candidatos de este partido a los ayuntamientos de más de 100.000 habitantes. Un encuentro marcado por las tensas relaciones entre ambos presidentes, y por la posibilidad cada vez más real de perder el gobierno de la ciudad de Sevilla en 2011.

Al margen del mensaje dirigido a los jóvenes, Zapatero presentó pocas novedades en su discurso de Zaragoza, aunque una de ellas se ha revelado muy útil para conectar con sus más fieles. Se trata de la subida del IRPF a las rentas más altas, una medida que presentó como la vía para que "toda la sociedad arrime el hombro para salir de la crisis". De esta forma, los socialistas cuentan con una iniciativa concreta sobre la mesa que justifique su lema habitual de que "quien más tiene, debe contribuir más". La explicación de sus reformas también sigue ocupando al presidente del Gobierno. Si la del mercado laboral la solventa señalando que es para crear empleo juvenil, la de las pensiones se justifica comparándola con la que llevó a cabo Felipe González en 1985. Según Zapatero, una reforma consensuada ahora permitirá que las pensiones mejoren en los próximos 30 años. Y, a diferencia de lo sucedido con el mercado de trabajo, espera volver a contar con los sindicatos para elaborarla. En este sentido, ha tendido la mano a las centrales sindicales para retomar el diálogo social después del 29-S, e incluso pretende contar con el PP, a quien acusa de no querer "mojarse". El presidente también está en campaña. ¿Quién no?

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