MADRID 2 Oct. (OTR/PRESS) -
En declaraciones a Radio Nacional, en esta mañana del viernes, el presidente Zapatero relató el apoyo que en la pasada madrugada expresó al presidente de Ecuador, Correa, ya restituido en la presidencia tras el intento de golpe de estado policial. "Correa estaba sorprendido, pero reaccionó con gran entereza. Le tengo gran respeto", dijo Zapatero. Luego, de inmediato, entró en las materias derivadas o relacionadas por la huelga general del pasado miércoles. "No se reanudará el diálogo social hasta que sea relevado Corbacho", dijo. Sobre los deseos sindicales de que se cambie la reforma laboral y la edad de jubilación, dijo el presidente: "No queremos levantar expectativas. Hay muchas cuestiones socioeconómicas en las que los sindicatos serán convocados". Y explicó reiteradamente que las reformas duras y difíciles del gobierno deben conducir a una recuperación económica que será lenta. Su mayor preocupación es la tasa de paro que tenemos. Dijo de la reforma laboral que es una ley aprobada, que debe entrar en vigor, hecha con dos propósitos: No nos resignarnos a que nuestro país siempre destaque con su cifra de parados. Algo tendrán que ver nuestras normas laborales, para que se adapten a circunstancias difíciles, para intentar que haya más contratación indefinida y menos contratación temporal. La inmensa mayoría son temporales y eso es un camino de precariedad. Con todo mi respeto a la posición sindical, dijo el presidente del Gobierno, quien añadió que tras la huelga del pasado miércoles trabajará con prudencia "para no levantar expectativas", pero reafirmó su intención de restablecer el diálogo social. "Esperaré a que los sindicatos envíen alguna señal", dijo tras puntualizar que los contactos no comenzarán en ningún caso hasta mediados del octubre cuando, según ha anunciado, nombrará al nuevo ministro de Trabajo. "Tenemos que dejar que las aguas se serenen un poco después de la huelga general", ha afirmado Zapatero.
En su opinión, la reforma laboral, a pesar de lo que han pedido los sindicatos, es "imprescindible" y necesaria para el país. Reiteró que las reformas que ha acometido el Gobierno son "duras" y "difíciles", pero que permitirán una senda de "estabilidad de las cuentas públicas ante el mundo", y una recuperación económica inicialmente lenta". Afirmó que España "necesita reformas y decisiones difíciles para salir de la crisis y para que el nuevo periodo de crecimiento sea mejor". Añadió que "la responsabilidad del gobernante es garantizar la cohesión social y hacer las reformas necesarias" para salir de la crisis. "La responsabilidad de afrontar las dificultades es del Gobierno y yo lo voy a hacer con todas las consecuencias", sentenció, advirtiendo que las dificultades no se solucionarán de forma inminente. "Nos va a costar algunos años hasta que veamos un crecimiento económico sólido", dijo, antes de garantizar que trabajará por mantener la cohesión social.
Sobre posibles nuevas medidas, Zapatero ha descartado que el Ejecutivo vaya a aprobar más subidas de impuestos para 2011 porque, según ha dicho, las previsiones de ingresos y gastos para el próximo año se van a cumplir, por lo que no será necesario aplicar un nuevo incremento fiscal. Afirmó que las previsiones de crecimiento (1,3 por ciento) y de déficit (en torno al 6 por ciento) para 2011 son las "correctas", y añadió que el pasado año se acusó al Gobierno de hacer unas previsiones para 2010 poco realistas y ahora se están cumpliendo. Señaló que es fundamental ahora estimular la inversión privada y extranjera, facilitando el crédito y la confianza de los inversores. "Debemos hacer una fuerte acción para atraer inversión extranjera, que es la palanca para que esta recuperación económica muy débil vaya consolidándose", insistió, tras indicar que el recorte del 30 por ciento de la inversión en infraestructuras para 2011 es "muy limitada" si se compara con el volumen del PIB, y está en niveles de la UE.
Preguntado sobre si volverá a presentarse a las próximas elecciones generales, aseguró que en estos momentos sólo está centrado en "sacar al país de la crisis" y no en la reelección. Además, ha negado que su negativa a despejar esa incógnita esté causando una crisis interna en el PSOE. "El partido no está nervioso, está preocupado porque hemos tenido que tomar decisiones difíciles". Sobre el ministro de Trabajo que sustituirá a Celestino Corbacho dijo que "es difícil" que no tenga un perfil político pero que, sobre todo, deberá tener "ambición renovadora" para introducir cambios profundos en el sistema público de empleo y de las políticas activas. En otro momento de la conversación, dijo Zapatero que "todos hablan de reformas, y cuando el Gobierno las hace, la mayoría de partidos, en particular el PP, se llama a andanas". Denunció la incoherencia del principal partido de la oposición, también en austeridad y reducción del déficit: Cuando llega al parlamento, Rajoy pide más dinero al ICO para reducir la deuda de ayuntamientos y de las CCAA. Es lo que denuncio y pongo sobre la mesa. Hay que tener sentido de la responsabilidad y mojarse, dijo.
Sobre un eventual retraso de la edad de jubilación a los 67, dijo que está abierto a la negociación. "Es la opción que el Gobierno pone sobre la mesa. El sistema aconseja un gran acuerdo, el pacto de Toledo ha funcionado bien y se ha acompañado de acuerdo entre los partidos. Nos exigirá enorme esfuerzo. Un acuerdo sería un éxito, sabiendo que la reforma de las pensiones es a medio plazo. El sistema goza de buena salud, pero los países que ganan tiempo al futuro, avanzan, como hizo Alemania, con las reformas del canciller Schroeder. Estoy dispuesto a explicar que es una buena fórmula, pero escucharé otras fórmulas. Hay muchas alternativas sobre el futuro de las pensiones. Quiero que mi país se adelante a hacer la reforma y no nos paralice en nuestra capacidad de afrontar el futuro. Sobre la huelga, dijo que la originaron sentimiento de malestar por el alto nivel de paro y por al situación de dificultad de muchos ciudadanos, un malestar dirigido contra el gobierno. Defirió el Presupuesto como austero y restrictivo, pero con el 58 por 100 de gasto social, con alta protección a los desempleados, 5 por 100 en educación, y que consolida el incremento de las becas. Pero debemos reducir el déficit. Si no lo cortamos, los intereses, ahora en cantidad media 2 por 100 de PIB, subirán a un nivel que obligarán a reducir otros gastos fundamentales. El gobierno no puede gastar más dinero, o en los años siguientes deberíamos pagarlo en mayores intereses de la deuda. Con una crisis tan grave, mantenemos la política social.
Mencionó también la atención presupuestaria a becas, pensiones, el mayor apoyo a los desempleados. "El gasto social ha crecido un 40 por 100 en mi presidencia, en educación, sanidad, dependencia, becas, protección al desempleo. Sigo haciendo una política de izquierdas y progresista", afirmó tajante.