José Luis Gómez.- A vueltas con España.- Otra reforma laboral.

MADRID 5 Jun. (OTR/PRESS) -

Patronal y sindicatos rompieron la negociación sobre los convenios colectivos, de manera que el Gobierno se ve obligado a tirar por la calle de en medio. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, avanzó este sábado que el Consejo de Ministros aprobará el viernes que viene una reforma de la negociación colectiva equilibrada y con un balance entre seguridad y flexibilidad. Sea como sea, el Gobierno asumirá un nuevo desgaste y lo hará en solitario, bajo la presión de quienes no quisieron ponerse de acuerdo y de otros que, en vez de arreglar sus propios asuntos, prefieren mandar en casa ajena, caso del gobernador del Banco de España.

El clima, desde luego, no es el más propicio para mantener los derechos de los trabajadores, esta vez con el pretexto de agilizar la economía. El vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba lo resume en dar más flexibilidad interna a las empresas, sin que los trabajadores pierdan derechos, pero no es fácil conciliar ambas cosas, por no decir imposible. La prueba más evidente es que un sector del empresariado llegó a exigir un único contrato de trabajo con 20 días de indemnización y la extinción de los convenios colectivos cuando expiren. El Gobierno no irá tan lejos como la patronal madrileña, quizá la más politizada y próxima al PP, pero también hará concesiones a los empresarios, inspirado por Bruselas.

La reforma incorporará los puntos en los que trabajadores y patronos estaban de acuerdo antes de su ruptura, si bien falta por conocerse lo más sustancial, a sabiendas de que la patronal se quiere librar de los convenios colectivos y los sindicatos se aferran a ellos. Lógico. En el horizonte sigue apareciendo un cuadro con una menor indexación salarial al IPC y un aumento del peso de la productividad en la determinación de los sueldos, como propone el economista Guillermo de la Dehesa, que en este tipo de asuntos suele ir por delante de los acontecimientos.