Pedro Calvo Hernando.- Esto ya es el colmo, presidente Obama.

MADRID 5 Jun. (OTR/PRESS) -

El paulatino conocimiento de los hechos del abordaje por Israel del barco solidario Mavi Marmara, incluidos los valiosos testimonios de nuestros tres compatriotas víctimas del ataque, nos lleva a la conclusión de que el comportamiento de los piratas terroristas israelíes es digno de figurar en la siniestra historia de las peores violaciones de los derechos humanos y del derecho a la vida de las personas. Si tales asesinatos, vejaciones y crueldades los hubieran cometido esbirros de cualquier otro país, ya habríamos a estas alturas asistido a un castigo ejemplar de los culpables y al castigo y aislamiento internacional del Gobierno responsable. Pero los israelíes gozan de la bula de los privilegiados y de momento apenas han tenido que soportar otra cosa que las voces de condena de las buenas gentes de este mundo maltratado por tanto canalla suelto. Lo sucedido y la pasividad de los poderosos constituyen una inmensa provocación y una invitación a la violencia de los atacados, aunque éstos sean un núcleo de pacifistas desarmados y solidarios con los desgraciados palestinos.

Tampoco el Gobierno español se ha lucido nada, como si el hecho de que ninguno de nuestros compatriotas haya sido asesinado fuese ninguna especie de paliativo. Espero que no estaremos vendiendo armas al Estado terrorista, que esa es otra. El presidente Zapatero no ha sido consecuente ni congruente con su filosofía inicial, la que dos veces le hizo ganar las elecciones generales. Una filosofía de justicia internacional y de máximo respeto a los derechos humanos. Y no digamos del presidente Obama, callado como un muerto y con una idiotez cuando por fin abrió la boca. Se sabía que tenía que llegarle la ocasión en la que ya no podría el Gobierno americano seguir con los tradicionales y cómplices disimulos respecto de los atropellos del Gobierno israelí. Obama debió avisarnos antes de lo que haría, avisarnos al menos a los que con tanto entusiasmo lo habíamos apoyado y jaleado en su carrera hacia la presidencia. Ya nos había defraudado mucho, pero esto ha sido ya el colmo de los colmos.