Pedro Calvo Hernando.- Por una izquierda coherente

MADRID 19 Jun. (OTR/PRESS) -

Cuando surge un caso de corrupción en el ámbito de la izquierda, como ocurre en Estepona, inevitablemente tendemos a darle más importancia que a los innumerables que se vienen dando en el ámbito del Partido Popular a lo largo y a lo ancho de toda la geografía española. No digo que eso esté bien o esté mal. Me limito a constatar un hecho. Debe de ser porque la mayoría de la gente se muestra más exigente con la izquierda, sobre todo la gente de izquierdas, que con la derecha, tal vez por pensar que la derecha está inventada para que esas cosas sucedan, incluso habitualmente, y que la izquierda está concebida para que eso no suceda jamás. Por lo demás, es lamentable la corrupción en sí misma, especialmente la urbanística, la haga quien la haga, y hay que perseguirla de manera implacable por vía policial y judicial, y al tiempo hay que suprimirla por la vía política, por ejemplo, con la radical expulsión de los culpables por el partido al que pertenezcan. Menos mal que en esto sí que se ve claramente la diferencia entre la izquierda y la derecha: ésta traga y aquélla expulsa.

La izquierda tendría que ser igualmente consecuente en otros campos, como el de la inmigración, y nunca debería haber transigido en el tema de la directiva europea sobre trato a los inmigrantes, que viola no sé cuántos derechos fundamentales. Al hablar de izquierda en este caso me refiero al PSOE, pues la otra izquierda, la Unitaria, ha votado en contra de semejante directiva. Yo estoy con Manu Chao, Javier Bardem, Josep Borrell y Raimon Obiols y con todos, eurodiputados, artistas o gente de la calle, que se han colocado en contra de este retroceso en la historia de los derechos humanos.

También el PSOE tendría que ser coherente con sus principios históricas en la lucha contra la crisis económica y no dar ni un solo paso atrás en materia de derechos sociales y laborales, teniendo además en cuenta que los trabajadores no son culpables de lo que pasa, ni se han enriquecido en la era de las vacas gordas, al revés de lo que ha ocurrido con otros sectores, que ahora se quejan y exigen al Gobierno.

Pedro Calvo Hernando.