Actualizado 02/03/2010 13:00

Rafael Torres.- Al margen.- Laporta for president.

MADRID, 2 Mar. (OTR/PRESS) -

Si Jesús Gil y Gil pudo saltar desde el Atlético de Madrid a la alcaldía de Marbella, ¿qué razón habría para que Joan Laporta no pueda ir desde la presidencia del Barcelona F.C. a la de la Generalitat? Las diferencias entre uno y otro personaje son, desde luego, notables, pues ni Jesús Gil alcanzaba los niveles mínimos de educación, decencia y civilidad que Laporta sí alcanza, ni éste lleva cosido a su espalda el rastro de delitos, exacciones y desafueros que llevaba aquél, pero el germen de sus saltos a la política, si es que se puede llamar política a esto, que no se puede, es similar: mediante el fútbol, sus dineros, sus éxitos y su inmensa proyección social y mediática, el "candidato" puede obtener los votos que necesita, y aun más, sin necesidad de ideología ninguna y, prácticamente, sin despeinarse, lo cual que esto último también le viene muy bien a Laporta, que cuida su tupé.

El único esfuerzo que ha de hacer el "candidato" futbolero es, sin embargo, el mismo al que se entregan los candidatos profesionales: averiguar qué es lo que quiere oír la gente, y decírselo. En el caso de que exista variedad (pluralidad se dice ahora) en el cuerpo electoral y se hallen fragmentadas las apetencias de lo que se quiere oír, no hay más que, con un poco de mercadotecnia y otro poco de jeta, encontrar el nicho de mercado adecuado, esto es, el grupo, lo más gordo posible, de electores en disposición de picar el anzuelo. Laporta, por lo que se ve, domina ambas cosas, y, respecto a la segunda, su nicho es el del independentismo catalán de amplio espectro.

Ahora bien; tan cierto cree uno que es esto, como que el actual presidente del Barcelona tiene todo el derecho del mundo a concurrir y a postularse en la vida pública, y con la accesoria del respeto que esa decisión debe inspirar a todo el mundo. Sólo que, por si la política española no fuera ya suficientemente grotesca, con Laporta la cosa ya no irá de PSOE y PP, sino de Barcelona F.C. y Real Madrid C. de F.