Ramón Pi.- Desde la libertad.- El deber del Estado

MADRID 25 Abr. (OTR/PRESS) -

Contra lo que pueda parecer, estas líneas no son una provocación, sino mi respuesta a una provocación. ¿Qué significa que el Estado pague un solo céntimo a unos piratas? Se dirá que hay que salvar la vida de los rehenes del "Playa de Bakio" a toda costa. ¿A toda costa? ¿A costa de satisfacer las exigencias de los secuestradores y, además, producir el inevitable efecto llamada para que se repitan episodios como éste?

Creo que no. Del mismo modo que no se cedió a las exigencias de los terroristas de la ETA cuando secuestraron a Miguel Ángel Blanco y los únicos culpables de aquel asesinato fueron los terroristas; y del mismo modo que, cuando la Guardia Civil encontró el zulo en el que estaba secuestrado José Antonio Ortega Lara, puso en riesgo la vida del propio rehén en la operación de asalto, así también el Estado no puede consentir que unos criminales lo chantajeen, aunque sea con amenazas de muerte sobre unos inocentes.

El Estado debe reaccionar haciendo frente a los malos, y no consintiendo a sus exigencias con dinero que no es del Estado, sino de los ciudadanos que tienen al Estado como administrador, tanto de justicia como del dinero de los contribuyentes. Eso sí, deberá enfrentarse a los delincuentes del modo más inteligente posible. Pero si en esa confrontación mueren algunos de los buenos (sea a manos de los malos o por accidente no querido), eso habrá sido una gran desgracia, pero en modo alguno una injusticia.

Qué tiempos éstos, en que el Estado se mete hasta en la cama y la entrepierna de los ciudadanos, pero dimite de su obligación de restaurar el orden público quebrantado, aun con la violencia si fuere necesario.

Ramón Pi.