Actualizado 23/05/2010 14:00

Victoria Lafora.- Patriotas

MADRID 23 May. (OTR/PRESS) -

Si Rodríguez Zapatero fuera un auténtico patriota debería liderar, gobernando, las reformas que este país necesita para salir de la crisis, por muy duras y muy impopulares que estas sean. No solo las que ha tomado hasta el momento, si no, además, las estructurales necesarias que posibiliten una reforma del mercado laboral con capacidad de afrontar un futuro inmediato más competitivo y más estable. Así demostraría que le importa España por encima de las ideologías y del partidismo.

Como consecuencia de todo ello perdería las elecciones y, de esta manera, dimitiendo, abriría la puerta de una profunda renovación de su partido que, a su vez, nos podría demostrar como se hace en democracia una oposición leal y constructiva. Cosa que no ha hecho el PP.

Si Mariano Rajoy fuera un auténtico patriota, debería apoyar, ejerciendo la oposición de manera democrática, leal y constructiva -y olvidando la estrategia del cuando peor mejor- las reformas necesarias para sacar a este país de la crisis. También debería entrar a saco, de una vez, en su partido, ejerciendo de presidente, y extirpando ese cáncer de corrupción que lo carcome. Y, salvada la situación del país y saneado el PP, debería dar la muestra definitiva de su patriotismo, dimitiendo, y dando paso a un nuevo líder más capaz y más carismático.

Como consecuencia, el Partido Popular ganaría las elecciones y España podría desperezarse y comenzar una nueva andadura, despojándose de los vicios que han presidido esta última etapa, en la que todo se ha pervertido y ha perdido su esencia y su sentido: los partidos, los sindicatos, la justicia, la iglesia, y la sociedad en definitiva.

De esta manera, renovándose, se recuperaría por un lado la estabilidad económica de España y, por otro, la estabilidad política. Se recuperaría ese espíritu de la democracia en el que la alternancia fuera, como debe ser, una parte fundamental del juego y no el principio del caos.

Si Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy fueran auténticos patriotas deberían olvidarse de que hay unas próximas elecciones y, haciendo borrón y cuenta nueva, ponerse a trabajar en las reformas que nos saquen del atolladero en el que estamos metidos. Sin cicaterías, sin traiciones, con lealtad y sentido de Estado.

Como primera medida, podrían, entre los dos, procurar una reforma fiscal justa y eficaz. Aprobar una ley que castigue severamente a corruptos y a defraudadores; una ley ejemplarizante con penas reales de cárcel para aquellos que se mueven en la sociedad al margen de la sociedad, que viven de todos nosotros, de nuestros impuestos y nuestras obras, pero sin contribuir a ellas. Una ley que los asuste realmente y les obligue a emerger una buena parte de esos 70.000 millones de euros que se calcula nos están ocultando.

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