Actualizado 27/11/2016 21:03

Incertidumbre en Cuba sin Fidel Castro y con Trump a la vuelta de la esquina

Un cocotaxi y la bandera cubana a media asta por la muerte de Fidel Castro
REUTERS

- La administración Trump se prepara para revertir años de aperturismo estadounidense hacia Cuba

MADRID, 27 Nov. (OTR/PRESS) -

Con la muerte de Fidel Castro ha desaparecido el máximo referente del antiimperialismo precisamente en un momento crucial en el que Donald Trump ha ganado las elecciones presidenciales estadounidenses con un discurso duro y la promesa de dar carpetazo al acercamiento iniciado por Barack Obama.

En la recta final de su campaña, Trump tentó el voto cubano-estadounidense de Florida con promesas de firmeza ante los Castro y de que cerraría la recién inaugurada Embajada estadounidense en La Habana.

Durante las primarias del Partido Republicano, Trump defendió el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, aunque criticó que Obama podría haber negociado un acuerdo mejor. Ahora es una incógnita qué postura adoptará cuando acceda a la Casa Blanca.

"No se ha decidido nada", ha reconocido este domingo la asesora de Trump Kellyanne Conway en una intervención en la NBC. "El presidente electo tomará esas decisiones una vez que asuma el cargo", ha añadido.

No obstante, Reince Priebus, quien será jefe de gabinete a partir del 20 de enero, ha señalado que Trump pedirá más libertades políticas al Gobierno cubano y que, si no las consigue, dará marcha atrás a la apertura. "No va a ser una relación unidireccional de Estados Unidos hacia Cuba sin que haya medidas del gobierno de Castro", ha asegurado Priebus en la cadena Fox.

Tras la muerte de Fidel Castro a los 90 años, Obama se refirió a él como una "persona única", mientras que Trump lo llamó "un dictador brutal". Ahora, sin Fidel Castro, Cuba pierde la carga simbólica y la retórica del líder revolucionario.

"TENGO UN POCO DE TEMOR"

"Ante la falta del comandante tengo un poco de temor de lo que pueda pasar por la forma de pensar y de actuar de Trump", ha afirmado Yaneisi Lara, una vendedora de callejera de 36 años desde La Habana. "Podría echar para atrás y bloquear todo lo que ha venido pasando, todas las cosas que hizo Obama, que hizo muchas cosas, que logró acercar a Estados Unidos con Cuba", ha agregado Lara. Ella misma, ha reconocido, está considerando emigrar a Estados Unidos.

Fruto del acercamiento entre Obama y Raúl Castro, está prevista este lunes la llegada a La Habana del primer vuelo comercial de Estados Unidos. Trump puede revertir fácilmente tanto esta como otras medidas aprobadas por decreto, es decir por orden presidencial, por Obama.

Sí es reveladora la elección para su equipo de transición de Mauricio Claver-Carone, partidario de mantener la versión más dura del embargo impuesto a Cuba durante más de medio siglo. "Trump es todo lo contrario de Obama", se ha lamentado Pablo Fernández Martínez, un taxista cubano de 39 años que teme que la llegada de dólares se frustre con la elección de Trump.

"Es probable que haya menos turismo y eso afecta a todo el mundo en Cuba, y a la economía", ha señalado Martínez. El taxista tiene un hijo y gana entre 100 y 120 dólares a la semana transportando a extranjeros.

Pedro Machado, ingeniero en investigación marina retirado de 68 años, alquila habitaciones en su piso situado cerca del Malecón de La Habana. A Machado, que ve televisión junto a su mujer, le preocupa la retórica agresiva de Trump. "La política de Trump es muy agresiva. Hay que esperar a ver lo que hace. Parece empeorar la cosa para Latinoamérica y Cuba en particular", ha opinado.

"Mi generación fue beneficiada con la Revolución de Fidel. Beneficiaron a los humildes y más pobres. No todo fue color de rosa, pero Fidel nos ayudó", ha añadido. "Estados Unidos se ha dirigido como imperio y esto es lo que representa Trump. Dado lo que ha dicho Trump, no es muy bueno lo que se espera en el futuro", ha advertido.

Por su parte, Rebeca Hernández, una estudiante de medicina se mostró decidida frente a los desafíos que podría plantear el presidente electo de Estados Unidos. "No hay que temerle a Trump, nosotros para adelante. Hemos resistido a diez presidentes de Estados Unidos y nos mantenemos en pie contra el bloqueo (...). Trump o la (Hillary) Clinton daba igual", ha argumentado.

LA ADMINISTRACIÓN TRUMP SE PREPARA PARA REVERTIR AÑOS DE APERTURISMO

Tras los devastadores comentarios sobre el legado de Fidel Castro formulados ayer, la administración Trump se prepara para revertir años de diplomacia estadounidense para normalizar las relaciones con Cuba, comenzando desde la ciudad de Miami, ayer escenario de celebraciones de exiliados tras conocer la muerte del líder revolucionario.

A la cabeza de esta iniciativa se encuentra la representante republicana Ileana Ros-Lethinen, que ha salvado diferencias irreconciliables con Donald Trump -- de hecho, declaró su apoyo a Jeb Bush durante las primarias republicanas -- para asegurar ayer en rueda de prensa que el presidente electo "tenía toda la razón a la hora de decir que todas las aperturas que el presidente Obama ha concedido al régimen de Castro no han hecho más que beneficiar únicamente al propio régimen".

"Espero que esta nueva administración aproveche este momento como una oportunidad para reafirmar su compromiso con el pueblo cubano y presionar al régimen de Castro a través de la eliminación de las decisiones ejecutivas sobre Cuba adoptadas por la administración Obama", hizo saber en declaraciones recogidas por el 'Miami Herald'.

Ayer, Trump habló durante unos minutos con el alcalde de Miami-Dade, Carlos Gimenez, republicano distinguido por votar por la candidata demócrata, Hillary Clinton. Un portavoz de Gimenez se limitó a informar de que Trump prestó de viva voz su apoyo por los exiliados cubanos en Miami. El presidente electo también se puso en contacto con Rick Scott, quien declaró el compromiso de Florida para "impulsar una nueva era de libertad y dignidad en Cuba".

Trump calificó ayer a Castro de "brutal dictador" en un comunicado en el que recuerda a los veteranos de la fallida invasión de Bahía de Cochinos, con la esperanza de "ver pronto algún día" una "Cuba libre".

"Hoy el mundo marca el fallecimiento de un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de Fidel Castro es uno marcado por los pelotones de fusilamiento, el robo, el sufrimiento inimaginable, la pobreza y la negación de los derechos humanos fundamentales", ha hecho saber a través de un comunicado.

"Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, espero que el día de hoy sea un paso para alejarse de los horrores que se han soportado durante demasiado tiempo, y hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano viva por fin con la libertad que tanto se merecen", añadió la nota.

En términos parecidos se expresió el senador Marco Rubio, para quien la muerte del "dictador" Castro no supone "el fin de la dictadura" ni la libertad "para los activistas, líderes religiosos y oponentes políticos que han sido encarcelados o perseguidos".

Los también representantes estadounidenses Carlos Curbelo y Mario Díaz-Balart -- sobrino de la primera esposa de Castro -- condenaron igualmente al fallecido dirigente, a quien calificaron como "el cerebro del mal" y celebraron "un día histórico" que marca el inicio de la reversión de años de aperturismo estadounidense al régimen cubano.

"Nuestra estrategia", apuntó Díaz-Balart, "siempre ha sido la misma: respaldar al pueblo cubano y cortar la financiación del régimen que oprime al pueblo cubano. Sin embargo, durante los dos últimos años, el presidente Obama ha hecho todo lo posible para financiar los monopolios familiares de los Castro".

CAMBIOS EN EEUU

El acercamiento formal entre los gobiernos de Washington y La Habana ha sido el resultado de un largo proceso de contactos y negociaciones secretas que no hubieran sido posibles sin los cambios experimentados en la propia sociedad estadounidense y en su percepción de Cuba.