MADRID, 20 Ago. (OTR/PRESS) -
No es fácil asegurarlo con toda certeza, pero yo estoy convencido de que algunas medidas que aprueban los gobiernos son para rellenar, porque algo tienen que aprobar en un consejo de ministros y luego venderlo muy bien como "un conjunto de mediadas destinado a...". Si no fuera así, que me expliquen lo de la última reunión del Ejecutivo con un don José Blanco interpretando el papel del hombre seguro y además convencido de las grandes propuestas. Tres medidas tres de la acreditada ganadería de la reforma fiscal y salvadora de la crisis. La primera, en el mundo sanitario, la obligatoriedad de recetar el genérico que es más barato que la marca e igual de eficaz. Nada que decir salvo preguntarse por qué esta decisión no se tomó desde el principio, desde que en España se admitieron los genéricos.
La segunda medida es ya más discutible y se refiere a la modificación del Impuesto de Sociedades. Es cierto que sólo afectará a grandes empresas y que no supondrá una subida de su tributación aunque sí permitirá al Estado recaudar 2.500 millones adicionales, gracias al adelanto por el pago a cuenta de este impuesto. ¿Cuál es el problema? Pues hay dos: por una parte no sé muy bien cómo puede afectar este adelanto a una empresas que, por muy grandes que sean, no viven sus mejores momentos y por otra es que lo que ingresa ahora el Estado, es un adelanto a cuenta, por lo que ese dinero no se ingresará en el futuro, de formas que la herencia que se deja a los que vengan, no parece la mejor.
Y el broche final: el Gobierno que subió no hace tanto del 7 al 8 por ciento el IVA en la compra de vivienda nueva, ahora decide bajarlo al 4 pero con plazo fijo: una vez que se publique el BOE esta medida, el que quiera aprovecharse de la rebaja lo tendrá que hacer antes del 31 de diciembre; así es que van a tener 4 meses para decidirse a meterse en la aventura de comprar un piso, encontrar la casa de sus sueños, pedir el crédito correspondiente y, naturalmente, que el banco se lo conceda.
Bueno, pues esto, que desde mi humilde punto de vista es una más de las muchas ocurrencias del Gobierno, según el señor ministro de Fomento pretende "reactivar el sector de la construcción" y "contribuir a la creación de empleo en el sector más perjudicado" por el paro. ¡Es que estamos hablando de comprar un piso en un plazo de cuatro meses consiguiendo que te den un crédito ¡Que es que no se trata de cambiar una bombilla normal por otra de bajo consumo¡ Pues nada, el señor Blanco parece estar convencido de que va a haber bofetadas y se van a vender pisos como rosquillas. Dios le oiga. No sé yo si entre los especuladores merecerá la pena esta rebaja, pero desde luego no creo que después de semejante novedad "se reactive el sector de la construcción". Pero como lo dice tan serio, igual se cree que nos lo creemos. ¿Se darán cuenta alguna vez de que no somos del todo tontos?