MADRID 14 Ene. (OTR/PRESS) -
Puede que sea verdad. A la vista de los sondeos más recientes, el PSOE de Rubalcaba empieza a ver tierra habitable después de una larga y penosa travesía del desierto.
Al sucesor de Zapatero le soplaron todos los vientos en contra desde su salto al liderazgo. Luego se fue abriendo paso con logros tan meritorios como calmar la sed de primarias de los impacientes candidatos a sustituirle, dotar al partido de un fondo ideológico y programático ante futuros compromisos electorales, frenar los impulsos republicanos de su gente en plena crisis de la Corona e impedir la ruptura del PSC con el PSOE, tras desmarcarse aquel del frente soberanista.
La remontada reflejada en el último barómetro de Demoscopia, en el que se anticipa una victoria socialista si ahora se celebrasen las elecciones generales, no sólo es un logro más de Rubalcaba y su equipo. También cuentan, y mucho, los errores del Gobierno Rajoy. Si ahora, según el citado sondeo, se han vuelto las tornas en el llamado índice de fidelidad (44% PSOE, 41% PP), es debido a muy diversas causas. Desde la falta de fe de los españoles en la mejora de la situación económica (89% cree que sigue siendo negativa), aunque el discurso oficial diga lo contrario, hasta los asuntos de fuerte movilización del votante socialista propuestos por el Gobierno. A saber: los recortes según Merkel, el aborto según Gallardón, la Educación según Wert, la Seguridad según Fernández Díaz, y, a escala regional, las privatizaciones de la Sanidad según Ignacio González.
Pero si Rajoy ha puesto en circulación asuntos que movilizan al PSOE, también ha echado una mano con otros que desmovilizan al PP. Por ejemplo, los incumplimientos electorales, las peleas entre ministros (Montoro y Soria) y entre barones regionales (Monago y Fabra), su política antiterrorista de dos discursos contrapuestos en las filas del partido, las proverbiales diferencias entre la vicepresidenta Santamaría y la numero dos del PP, Cospedal, por cuenta del caso Bárcenas, etc.
A lo que iba: la alegría en casa del pobre anunciada por la encuesta de Demoscopia: el PSOE ganaría las elecciones por 1,5 puntos de diferencia. Eso hace verosímil la probable victoria socialista en las elecciones europeas (25 de mayo) pregonada en el entorno de Ferraz. Ojo al dato: hablamos de un recorte de 17 puntos (PP baja 12,6, PSOE recupera 4,8). Es justo inscribirlo en el haber de Rubalcaba y su equipo si hacemos memoria de unos principios lastrados por la decepción de sus votantes y el desaliento de sus afiliados.
Gracias, en gran parte, a la inestimable colaboración de sus adversarios políticos. Están fracasando los esfuerzos del estado mayor de Rajoy por conseguir de su gente un discurso centrado en el saneamiento de la economía nacional. En cambio se multiplican los síntomas de la dispersión interna.