Publicado 06/03/2014 12:00

Antonio Casado.- Las cifras del paro

MADRID 6 Mar. (OTR/PRESS) -

Las últimas cifras del paro registrado alivian la presión de la realidad sobre el discurso de un Gobierno que predica a todas horas la salida de la recesión y el inicio de la remontada. El presidente Rajoy, puede así mantener el relato que desplegó en el reciente debate sobre el estado de la Nación: "Hemos pasado del retroceso al avance, de la caída a la esperanza". Inmediatamente replicado por el líder del principal grupo de la oposición, Pérez Rubalcaba: "Está usted tan pagado de sí mismo que no percibe el sufrimiento que hay detrás de esas señales".

Ha vuelto a ocurrir lo mismo. Al saberse que, por primera vez desde el comienzo de la crisis, la tasa de empleo paro es positiva en términos interanuales (227.736 españoles menos buscando trabajo), a la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, le faltó tiempo para declarar que "el mercado de trabajo se ha dado la vuelta", y a Rubalcaba, que se encontraba en Roma, para recordarnos que, aunque saluda la bajada del paro en febrero, la reforma laboral de Rajoy "ha costado un millón de puestos de trabajo".

Todo lo cual deroga la neutralidad aritmética de las últimas cifras del paro registrado en los Servicios Públicos de Empleo (antiguo INEM) al entrar en el debate político. Sobre todo en vísperas electorales (europeas del 25 de mayo). Si somos capaces de salvar esa dinámica hemos de valorar como una buena noticia el hecho de que el empleo (227.736 españoles menos buscando trabajo) y la afiliación a la Seguridad Social (61.557) hayan vuelto a la senda de la mejoría en términos anuales (de febrero 13 a febrero 14), aunque dediquemos una mirada distraída a la precariedad que va colonizando el mercado laboral.

Siempre he sostenido que el vínculo entre la crisis económica y las personas de carne y hueso es la conservación del puesto de trabajo. El paro y sus consecuencias individuales y sociales es el precio de la incipiente mejora de la economía (competitividad, saneamiento financiero, confianza de los mercados y fin de la recesión), cantada oficialmente por tierra, mar y aire. O sea, que ese discurso del Gobierno lo pagan las capas sociales más débiles, a las que se les pide algo de paciencia porque, superado el cabo de Hornos, que diría Mariano Rajoy, la remontada está a la vuelta de la esquina, como acreditan las cifras del paro que acabamos de conocer.

Vale, pero el problema es saber si la tendencia a mejorar se mantiene, y en qué medida, respecto al empleo y la afiliación a la Seguridad Social. Si se mantiene al ritmo de la mejoría marcado, necesitaremos más de tres años para dejar las cifras como estaban al cierre del año 2011, cuando se constituyó el Gobierno de Rajoy. Salvo que el ritmo de la mejoría sea mayor del previsto, cosa difícil de creer si nos atenemos a las previsiones de Bruselas, conocidas la semana pasada, según las cuales España será en 2015 el país con la tasa más alta de paro de la UE (24,6 %).

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