Publicado 04/11/2025 08:02

Antonio Casado.- La extraña renuncia de Mazón

MADRID 4 Nov. (OTR/PRESS) -

No aguantaba más, dijo Mazón al anunciar su dimisión en diferido. ¿Acaso está comparando su sufrimiento personal por lo ocurrido con el de las víctimas de la dana? ¿Se está disculpando por abandonar, aunque lo hiciera todo bien mientras que los demás lo hacían todo mal?

En lo político sale igual de tocado que en lo personal: Mazón no cierra la crisis en el PP. La prolonga. Se va porque le empujan, se lo estaban pidiendo a gritos en su propio partido, no porque crea que es lo mejor. Y tampoco se va del todo.

En su exculpatoria comparecencia pública del lunes (reconoce haber cometido errores sin decir cuáles) dimitió de aquella manera. En "diferido", dicen las crónicas. O sea, que ofrece su cabeza, pero sigue de diputado (o sea, aforado ante la Justicia) y se queda de presidente en funciones hasta que vean tierra su jefe político, Núñez Feijóo, y el PP regional, a su vez colgado de su teórica alianza de legislatura con Vox.

Después, una de dos: o convocatoria inmediata de elecciones firmada por el propio Mazón o agotamiento del, mandato (se cumple en mayo de 2027) con un nuevo presidente alumbrado por una nueva mayoría parlamentaria o la que supuestamente está vigente (PP-Vox), la que también alumbró en su día a Carlos Mazón.

En todo caso, una situación no contemplada en la normativa: dimite después de su cara a cara del domingo pasado con Feijóo. pero sigue ejerciendo porque no deja vacío el sillón ni convoca elecciones. Así que, en términos legales, seguirá siendo presidente de la Comunidad hasta que, a la luz de dicha normativa, en el boletín oficial de la Comunidad aparezca el decreto de nombramiento del nuevo presidente: si hay elecciones, por las urnas, y no las hay, por la forja de una mayoría capaz de investir al nuevo presidente hasta el agotamiento de la legislatura.

Al fondo, el drama de Feijóo. Ha conseguido el paso atrás de Mazón pero este sigue en la ecuación política que atormenta al líder del PP y candidato a la Moncloa porque, entre otras cosas, Mazón se ha convertido en balón de oxígeno para Sánchez, del mismo modo que el fiscal García Ortiz le hace la misma función a Feijóo.

Lo desalentador es la moralina: el que gobierna y el que aspira a gobernar se comportan como si el único consenso posible entre ellos fuese el de persistir en su común mirada dormilona sobre el uso de la mentira, la evasiva, las medias palabras, para eludir los deberes del cargo por parte de cada uno de sus respectivas criaturas políticas. Uno, como primer promotor de la acción de la justicia en defensa de la legalidad. El otro, como máximo responsable de la protección civil en le Comunidad Valenciana cando la riada asesina se llevó por delante la vida de 229 seres humanos. Dos contravalores compitiendo en la escalada de la desvergüenza.

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