Publicado 14/10/2025 08:01

Fermín Bocos.- España seguirá en la OTAN

MADRID 14 Oct. (OTR/PRESS) -

El dato avala el relato. España permanece en la OTAN porque así lo decidimos los españoles el 12 de marzo de 1986 tras un referéndum en el que participó el 59,4 % del censo electoral y ganó el SÍ por un 56,85% de los votos válidos.

Solo la voluntad en sentido contario de los ciudadanos manifestada otra vez a través de las urnas determinaría la salida de nuestro país de la Alianza Atlántica, habida cuenta que el tratado que regula la adhesión carece de una disposición o mecanismo para expulsar a un miembro de la organización. La eventual salida de un país aliado solo está prevista en términos de abandono voluntario.

Quiere, pues, decirse que las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugiriendo que quizá España debería ser excluida de la OTAN, permanecerán más que como amenaza como un llamativo comentario. Trump no disimula la mala opinión que tiene del Gobierno español a raíz de las discrepancias sobre la cuantía del aumento en gasto de Defensa que correspondería a los países de la Alianza que fue establecida en la pasada Cumbre de la OTAN. En el caso de España, el presidente Pedro Sánchez fijó dicho aumento en un 2,1% del PIB alejado del 5% que exige Trump. De los 32 países que integran la Alianza sólo el nuestro, por boca del presidente del Gobierno, se manifestó en contra de la cuantía del aumento propuesto por los EE.UU.

Fue un gesto poco meditado dirigido hacia la política interior y más concretamente a los socios parlamentarios de los que depende la continuidad del Ejecutivo y que, con los partidos de la coalición que forma Sumar a la cabeza seguidos de Podemos son enemigos declarados de la presencia de España en la Alianza. De hecho alguno de esos partidos, caso del PCE, núcleo duro de Sumar, hace 39 años, cuando el referéndum, animó a sus seguidores a votar en contra de la permanencia de España en la Alianza. Entonces, al igual que ahora, se sentían más cerca de Moscú que de Washington.

El incremento en la cuantía que exige Donald Trump es una cuestión discutible. Pero es un asunto que otros mandatarios han manejado con habilidad. Sin llegar a oponerse como explicitó Sánchez por la mencionada servidumbre política con sus socios de extrema izquierda. Italia también es reacia a un incremento de esa magnitud pero Georgia Meloni, su primera ministra, calculando que para la fecha establecida para incrementar el presupuesto (2030) Donald Trump ya no será el inquilino de la Casa Blanca evitó el enfrentamiento frontal. Cuestión de "finezza".

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