José Cavero.- Excusas para atacar a ZP.

MADRID 24 Jul. (OTR/PRESS) -

La conmemoración, o en su caso, celebración, de los diez años de Zapatero como secretario general del PSOE ha servido y está sirviendo para recuerdos amables o neutros y para estimaciones radicalmente contrarias. El PP, por boca de su portavoz parlamentaria, Sáenz de Santamaría, recordaba el verso del Tenorio que sintetizaba todos los males en la persona del protagonista de la obra teatral, para llegar a la conclusión de que todo eso era aplicable a Zapatero. Desde La Gaceta se habla de "la década ominosa" y se recuerdan los tiempos de "la pesadilla de Fernando VII". Dice este diario que no es una exageración, es vox populi, lo dicen los españoles en paro, los mercados, las encuestas y quienes tienen perspectiva para juzgar.

Opina este diario que Zapatero lleva a España a una situación tan negativa que es difícil encontrar precedentes. La conclusión a la que llega es que Zapatero no sólo ha conseguido destruir una situación económica muy sólida, sino que ha vaciado de contenido político al Partido Socialista. Lo termina definiendo como líder astuto, cínico, vacío y peligroso. Y compite en adjetivos descalificadores con el columnista de ABC Ignacio Camacho, también dedicado a "celebrar" esos diez años de liderazgo partidista de José Luis Rodríguez Zapatero: lo define como "político sin solvencia ni preparación, veleidoso, frívolo, hueco, relativista, cuya propiedad más sólida es un sentido pragmático de la supervivencia a cualquier precio, "cueste lo que cueste". Un líder adaptadizo sin sentido de la responsabilidad de Estado; un dirigente de ideas superficiales que gobierna a base de gestos demagógicos y efectistas; un táctico de visión corta desprovisto de sentido estratégico. Un producto quintaesenciado de la posmodernidad, el pensamiento débil y la sociedad líquida".

En realidad, se podría ya confeccionar toda una "enciclopedia del antizapaterismo", con la serie de valoraciones que el jefe el Gobierno "cosecha" a la derecha de la opinión publicada. En el propio ABC abundan los fieles a esta doctrina: Carrascal, Terchst, Edurne Uriarte... Y algo parecido podríamos decir de unas cuantas tertulias televisivas, en las que se cotiza muy bien el antizapaterismo, tan de moda y de actualidad. ¿Quedan partidarios? Cabe preguntarse ante el aluvión de contrarios. Haberlos, haylos, con toda certeza. Pero nadan contra corriente y prefieren sobrevivir sumergidos.