Actualizado 22/09/2010 14:00

José Cavero.- Madrid, la más difícil para acordar servicios mínimos.

MADRID 22 Sep. (OTR/PRESS) -

Una vez que los sindicatos convocantes de la huelga hicieron públicas, este lunes, sus pretensiones sobre los servicios mínimos e imprescindibles para que los ciudadanos que no quieran sumarse a la huelga puedan hacer "vida normal", se iniciaron las correspondientes negociaciones de los representantes de los sindicatos con los gobiernos de las Comunidades Autónomas. Varias regiones son especialmente "solicitadas" por las centrales como representativas de lo que puede suceder el 29-S. Por ejemplo, Cataluña, o Andalucía, y sobre todo, Madrid. El diario Público ha hecho u repaso a la situación en las tres. Los sindicatos y el Govern de la Generalitat de Cataluña ya acordaron el lunes unos servicios mínimos para el 29-S similares a los de la última huelga general, la del 2002. Se espera que el Consell de Govern los aprobará en las próximas horas por decreto. En cuanto al transporte público, se garantizará un 25% del servicio en las horas punta, de 6 a 9 de la mañana y de 17 a 20 horas de la tarde.

En caso de que haya dos tipos de transporte para el mismo trayecto, uno podrá suspenderse, siempre y cuando se cumpla globalmente un 25% de toda la oferta habitual. En el sector de la enseñanza, se obliga a que, en cada centro, trabajen por lo menos el director y un profesor, mientras que en los hospitales se garantizarán las intervenciones inaplazables y los servicios de urgencia de un día festivo.

En Andalucía, los sindicatos UGT y CCOO negocian aún un acuerdo de servicios mínimos con la Junta. Las centrales han presentado una contraoferta a la administración, y el acuerdo se cerrará previsiblemente hoy. Los criterios serán los mismos utilizados en la huelga general contra el decretazo de Aznar, considerándose la jornada como si fuera un día festivo. Según fuentes sindicales, los puntos de fricción se refieren, sobre todo, a los sectores del transporte y la educación. En en el Metro de Sevilla, por ejemplo, un día festivo puede trabajar hasta el 40% de la plantilla, mientras que las centrales quieren rebajarlo hasta el 25%. En los colegios, se discute si el director debe trabajar con algún compañero o en solitario.

Desde la Comunidad de Madrid no se andan con ambages: las negociaciones no marchan bien. El Gobierno de Esperanza Aguirre y los sindicatos ya llevan varios días de conversaciones infructuosas y se han dado de plazo hasta el jueves para lograr un acuerdo de mínimos. Fuentes de la Administración madrileña se quejan de que el Gobierno central no les explica los criterios mínimos para negociar. En Catalunya no existe ese problema. Ni en sanidad, ni en educación ni en transporte, los sindicatos madrileños han encontrado un punto de conexión con el Gobierno de Aguirre, que hace una semana abrió contra ellos una guerra por los liberados, y que aún tiene muy presente el conflicto del Metro, donde aún no se han resuelto los expedientes abiertos a los trabajadores que incumplieron los servicios mínimos.

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