PIXABAY/CC/THEDIGITALARTIST
MADRID, 28 May. (EDIZIONES/Portaltic) -
La Universidad de Colorado fotografió de manera secreta a alumnos, profesores y otros peatones dentro de su campus hace seis años para un estudio sobre el desarrollo de la tecnología de reconocimiento facial con financiación gubernamental.
Según El Colorado Springs Independent, Terrance Boult, catedrático de Innovación y Seguridad y profesor de informática de la Universidad de Colorado, con permiso del centro, llevó a cabo un estudio que recogía fotografías de más de 1.700 personas sacadas de manera secreta.
Las fotografías -más de 16.000- fueron tomadas en 20 días distintos entre febrero de 2012 y enero de 2013, a través de una cámara colocada en uno de los edificios del campus, a cierta distancia de los transeúntes, con el objetivo de que las fotografías no fueran 'buenas' para que ayudarán a mejorar los algoritmos de reconocimiento.
Las imágenes se recogieron en una de las bases de datos más avanzadas para el desarrollo de algoritmos de reconocimiento facial, llamada Unconstrained College Students. El banco de imágenes ha estado disponible para agencias gubernamentales y empresas privadas desde el 2016 hasta el pasado abril. Además, el proyecto se había financiado por las agencias de inteligencia y militares de los Estados Unidos, como recoge el medio citado.
La base de datos estaba ordenada en colecciones de fotos de cada individuo con distintos conjuntos de ropa y distintos ángulos de su rostro. Está clasificación se llevó a cabo por el profesor Boult y sus alumnos, que guiándose por la regularidad de los horarios de clase, identificaron a cada sujeto.
El investigador senior de Electronic Frontier Foundation, David Maass, cuestionó la ética de este tipo de estudios y declaró que "estaba normalizando la cultura de 'Peeping tom'" -expresión que significa mirón, y hace también referencia a la película El fotógrafo del miedo-.
Según Boult que habló con el medio de Colorado, estas imágenes no estuvieron disponibles para el público hasta que los alumnos no se hubieron graduado de la universidad, y que aquellos con acceso a la base de datos a partir del 2017 habían firmado un contrato que les impedía desvelar imágenes individuales.
En abril, el medio Financial Times publicó un reportaje sobre el reconocimiento facial y las bases de imágenes que se estaban creando sin que las personas tuvieran constancia de ello. En el mismo, Boult explicó que el fin del estudio era "hacer la base de datos más realista de videovigilancia facial sin restricciones del mundo".
Entonces, el investigador aseguró que al tratarse de un lugar público, aun dentro del campus, no encesitaba permiso de los estudiantes y profesores para realizar las fotografías, siempre que no conociera sus identidades.
También especificó a ese medio que la base de datos no era para fines comerciales, y que no estaba disponible de forma pública, sino que quien estuviese interesado tenía que solicitarla, si bien su equipo se encargaba de comprobar que se trataba de investigadores.
Boult defiende la legalidad de sacarle fotos a las personas en lugares públicos pero el abogado de la Primera Enmienda Steve Zansberg ha aclarado que "el uso de estas imágenes, especialmente al estar involucrado el gobierno, podría implicar algunas irregularidades legales, pero que por lo general es un terreno con muchos vacíos legales".
La semana pasada, el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de los Representantes de Estados Unidos acogió la primera de una serie de sesiones sobre el uso gubernamental o comercial de las tecnologías de reconocimiento facial, una tecnología que, como se expuso, suscita dudas por cuando plantea un riesgo potencial para las enmiendas Primera (libertad de expresión y credo), Cuarta (derecho a la seguridad contra registros e incautaciones no razonables) y Decimocuarta (respeto de los derechos legales de toda persona).