MADRID, 13 Ago. (Carlos Hergueta/Portaltic) -
Si uno se compra un Ferrari, no solo quiere que corra; quiere que la carrocería llame la atención y que los materiales del interior le hagan sentir como un rey. Vamos, digo yo, porque no creo que pueda comprarme uno nunca. Lo que sí tengo claro es que si uno se compra un 'smartphone' de 700 euros o 750 euros, quiere que no solo vaya como un rayo, sino que además transmita la sensación de ser un producto 'premium'.
Aunque las ventas sí que han funcionado, los Samsung Galaxy de gama alta no estaban logrando ese objetivo, pese a sus especificaciones punteras que los situaban entre la elite de los 'smartphones'. Y todo por el diseño y los materiales empleados. Samsung se ha empeñado en trabajar con plástico exclusivamente y eso ha hecho que su último buque insignia, el Galaxy S5, dé sensación de peor calidad, no solo que el iPhone, sino también que el HTC One M8, el Xperia Z2 de Sony o el Huawei Ascend P7.
Es decir, que prácticamente toda la competencia había apostado ya por mejores materiales y acabados que Samsung. Y aunque no representan una competencia real para la compañía surcoreana en sus cifras, hay que andarse con ojo. Además de los clásicos gigantes como Sony, compañías chinas hasta ahora desconocidas vienen pujando fuerte con terminales potentes que, eso sí, están rematados en plástico. Samsung tiene que buscar diferenciarse de ellos para no ceder terreno.
Apple, por su parte, siempre ha apostado por el metal como uno de los valores diferenciales del que para muchos es el mejor 'smartphone' en términos de diseño y rendimiento. Y a nadie se le escapa que es el rival a batir para Samsung en la gama alta. Este mismo año, se han visto estudios que indican que hay consumidores que han cambiado su iPhone por terminales como el Galaxy S5. ¿El motivo? El tamaño de la pantalla.
Teniendo en cuenta que este mismo año veremos crecer la pantalla del teléfono de Apple con el iPhone 6 (supuestamente, a 4,7 y 5,5 pulgadas, puesto que habría dos modelos), Samsung perdería esta ventaja. Si la surcoreana no mejora en diseño y acabados, corre el riesgo de quedarse en una zona situada entre medias de los terminales chinos potentes, pero económicos, y la excelencia que caracteriza y se le atribuye a Apple. Eso podría poner en peligro la gama alta de Samsung.
Afortunadamente, la surcoreana tomó cartas en el asunto y prescindió de su jefe de diseño este mismo año, para tomar un nuevo rumbo en el aspecto y las sensaciones que transmiten sus terminales. El primer paso dado en esa nueva dirección es este Galaxy Alpha, que gracias a un borde metálico mejora en cierta medida lo que hemos visto en los últimos años en teléfonos como el Note 3 o el Galaxy S5, con un borde de plástico que incluso empeoró la línea de diseño del Galaxy S4.
Seguramente, el próximo paso en esta apuesta por el metal sea el Note 4, que parece que tendrá un diseño casi idéntico al Galaxy Alpha y que se presentará el 3 de septiembre en la IFA de Berlín. Hay que reconocer que no es un cambio dramático, puesto que Samsung prácticamente ha mantenido el diseño visto el año pasado, pero cambiando el borde de plástico por uno metálico. En cualquier caso, es un buen comienzo de un cambio necesario, que esperemos que alcance su cénit con el Galaxy S6 el año próximo.