Beatificación.- La enfermera de Juan Pablo II dice que no se lamentó jamás y pedía rezar con él por los demás enfermos

Actualizado: domingo, 1 mayo 2011 9:53

ROMA, 1 May. (EUROPA PRESS) -

La enfermera Rita Megliorin, quien estuvo al lado de Juan Pablo II en los últimos meses de su enfermedad, ha declarado que Juan Pablo II "ha dado dignidad al misterio del dolor" porque "ha hecho propio el sufrimiento de los demás". Según ha explicado la enfermera, Juan Pablo II "no se lamentó jamás" sino que, al contrario "pedía que se rezara con él por los otros enfermos del hospital".

Juan Pablo II, según ha destacado la enfermera, no dejó "nunca de estudiar y afrontar el problema del hombre" porque "todas sus energías las utilizaba para darse a otros", sobre todo "por los más débiles". Para Megliorin, todo el mundo "ha experimentado el sufrimiento espiritual de un padre que no consigue aliviar el dolor de sus hijos".

Esta enfermera fue la jefe de sala del reparto de reanimación en el Policlínico Gemelli de Roma desde el primer ingreso en el Policlínico Gemelli de Juan Pablo II en enero de 2005 y le atendió durante los últimos minutos en el Palacio Apostólico del Vaticano.

En un encuentro organizado por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Megliorin ha declarado que su primer encuentro con el Pontífice polaco fue en enero de 2005, un encuentro "protagonizado por una extrema sencillez".

"La primera vez que encontré al Papa fue totalmente casual", ha explicado Megliorin, quien también ha destacado que tan sólo le dijeron que teían un "invitado especial" en la planta de arriba y que tenía que ir allí. Nada más llegar, Megliorin se presentó y pidió la bendición del Pontífice.

En el mes de enero, Juan Pablo II estuvo ingresado alrededor de dos semanas en el hospital, para después volver en el mes de febrero para realizarle una traqueotomía, que le dejó sin poder hablar completamente durante los últimos meses de su vida.

Durante su ingreso en el Gemelli, Megliorin ha afirmado que "cada mañana, llegaba, le abría las ventanas y le decía: "Santidad, hoy hay sol". Según ha asegurado, "eso le alegraba".

Posteriormente, ha explicado que se establecía una relación sencillamente profesional, en la que hacía si deber de forma inflexible y el Papa hacía también de "enfermo inflexible", según ha dicho en clave de broma.

No obstante, la jefe de Sala del Hospital Gemelli ha precisado que "nunca se ocultó nada a los médicos o a la enfermeras" sobre el cuadro clínico del Pontífice, quien también "estuvo siempre informado sobre su estado de salud" y las intervenciones que era necesario realizar.

La enfermera ha explicado a Europa Press que al quedarse sin voz a causa de la traqueotomía realizada en el mes de febrero, el Pontífice experimentó "un gran dolor, el dolor de un padre que no puede hablar a sus hijos".

No obstante, la enfermera ha precisado que "el último Domingo de Pascua, la última vez que Juan Pablo II se asomó a la ventana" para saludar a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el Pontífice "no hizo esos gestos por rabia" sino "por el dolor de no poder decir las cosas que quería decir".

Megliorin ha subratado también que Karol Wojtyla, quien será beatificado el próximo domingo, mostró "la alegría de la Cruz también en los momentos de más dolor". Además, la jefe del reparto de reanimación del Gemelli ha sostenido que Juan Pablo II era "un hombre sencillo" que "tan sólo necesitaba una cosa en el mundo, que era Jesucristo".

Precisamente, Megliorin ha declarado que lo que más destacaba en Juan Pablo II "era su sencillez" y que "por eso ha conseguido tocar el corazón de todos" ya que "ha ido al encuentro de los últimos, de los más necesitados".

ESTUVO CONSCIENTE HASTA EL FINAL

Por otra parte, la enfermera ha recordado cómo la mañana del 2 de abril de 2005 la llamaron por la mañana y fue corriendo al Vaticano porque tenía miedo de no llegar para despedirse.

"Nada más llegar a su habitación, me arrodillé ante su cama y le dije las mismas palabras con las que le había saludado durante esos últimos meses: Buenos días, Santidad, hoy también hay sol. Porque "ése día también había sol", ha añadido.

Megliorin ha destacado también que el Papa polaco la reconoció "enseguida" y la miró con una "mirada dulce", que la "ha derrumbado". No obstante, Megliorin ha precisado a Europa Press que Juan Pablo II estaba "completamente consciente" antes de morir y que, al no tener la posibilidad de hablar, el Pontífice "hablaba con la mirada".

La enfermera ha destacado que, durante la noche del 2 de abril, escuchó "los cantos de los jóvenes que cantaban ésa noche en la Plaza de San Pedro" y que le dijo al entonces secretario del Papa, el cardenal Stanislaw Dziwisz, si estos cantos "no molestaban al Papa".

Sin embargo, según ha recordado Megliorin, Dziwisz la llevó junto a la ventana y le dijo que "cuando un padre muere, los hijos quieren estar cerca, al igual que un padre quiere estar cerca de sus hijos". Según ha subrayado la enfermera, el Pontífice celebró la Eucaristía y posteriormente "se apagó lentamente", de tal forma que, "al principio no se sentía ya la respiración, aunque según el monitor todavía batía el corazón" y después "también el corazón se apagó".