BARCELONA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de la Generalitat aprobó hoy el proyecto de ley sobre centros de culto y de reunión con fines religiosos, fija "unas condiciones mínimas de higiene, salubridad, seguridad y de dignidad" para los 3.449 centros religiosos que existen en Catalunya, según explicó el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira.
El reglamento que establecerá las condiciones técnicas que han de cumplir estos centros se aprobará en un año. Aun así, la ley prevé que los ayuntamientos puedan otorgar autorizaciones provisionales si se acredita seguridad, a la espera del reglamento, y permite otorgar licencias a centros cuyas "características arquitectónicas no permitan cumplir plenamente las condiciones que se establecen en el reglamento".
El proyecto estipula que las administraciones "garantizarán un trato igualitario y no discriminatorio en las cesiones y autorizaciones por actividades esporádicas de uso religioso en equipamientos, espacios públicos o en la ocupación den la vía pública".
La nueva norma establece la obligación de los ayuntamientos catalanes de incluir en sus planes urbanísticos la previsión de "suelo con calificación de sistema de equipamiento comunitario" para "usos de carácter religioso", y fija un plazo de diez años para que todos los municipios adapten su planeamiento urbanístico a ello.
La nueva normativa, la primera de este tipo en España, contempla también medidas sancionadoras como "el cierre o precinto de las instalaciones en los casos de peligro inminente y con exclusiva finalidad de preservar la seguridad y salubridad pública, hasta que se haya resuelto la deficiencia". Además, prevé que el Govern pueda otorgar ayudas para la adaptación de locales a las prescripciones de la ley.
Carod destacó que se trata de una ley "innovadora en Europa" que pretende también "garantizar el derecho de libertad religiosa" para los miembros de las 13 confesiones religiosas distintas que viven en Catalunya.
NO HABRÁ UNA LEY ESPECÍFICA PARA EL CATOLICISMO.
Tras la reunión de hoy del Consell Executiu, Carod rechazó la petición del arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, quien pidió una regulación específica para la religión católica, considerando que "es evidente que un Gobierno no puede hacer una ley para cada confesión religiosa" y argumentando además que "no hay ninguna ley en el Estado español" que lo haga.
De hecho, el proyecto de ley aprobado hoy es el primero de este tipo en España y nace, según Carod, de la "necesidad de disponer de un mínimo marco legal para dar cobertura a la pluralidad religiosa existente en Catalunya".
El vicepresidente explicó que esta ley "acabará siendo un apoyo para los alcaldes" que hasta ahora afrontaban "los problemas ocasionados" por la proliferación de centros de culto de diversas religiones en sus municipios, sin contar con una unidad de criterios.
EVITAR EL CHOQUE SOCIO-CULTURAL.
Carod señaló que hasta ahora uno de los principales problemas que se encuentran los Ayuntamientos en esta materia es "el choque socio-cultural entre el derecho fundamental del ejercicio de la libertad religiosa y cierto miedo que, probablemente por el desconocimiento, provoca en los vecinos".
El vicepresidente señaló que, en este contexto, se hacía necesario "unificar" los criterios con los que los Ayuntamientos concedieran licencias a la construcción de centros de culto. En los ya existentes, otro problema que solía producirse, según Carod, era "la falta de condiciones físicas de seguridad, salubridad, higiene y de dignidad".
"El principal mensaje a la sociedad catalana es que el paisaje humano ha cambiado en Catalunya y también ha cambiado el paisaje religioso", por lo que el Govern "no puede cerrar los ojos a esta realidad", afirmó.
Carod puntualizó que quedan fuera de esta ley las cuestiones de "seguridad" concretos que rodean a algunos de estos centros religiosos, en alusión a las investigaciones sobre presuntas vinculaciones de radicales islámicos a algunas mezquitas, un asunto que "no pertenece a esta ley", sino "a la discreción y a la actuación policial de cada caso", señaló.
De los 3.449 centros de culto que existen en Catalunya, 2.500 son católicos, 453 protestantes, 169 islámicos y 150 de los testigos cristianos de Jehová, además de otras ocho confesiones distintas. La religión con menor representación en Catalunya es la judía, que cuenta sólo con cuatro sinagogas.
Para la elaboración de este proyecto, el Govern se ha reunido con 27 entidades religiosas representantes de todas estas confesiones, entre los que ha buscado "interlocutores válidos" para los miembros de cada religión.
Carod explicó que hasta 40 municipios catalanes habían reclamado al Govern una normativa al respecto, una necesidad que se constató ya con el anterior Gobierno tripartito, en noviembre de 2005, pero que no se puso en marcha definitivamente hasta que en abril de este año se aprobó la memoria previa.
Esta normativa no se aplicará a los centros religiosos que se encuentren en centros hospitalarios, penitenciarios, tanatorios o en espacios de titularidad privada o pública destinados a otros fines.