Vista por fuera de la catedral Santa María Magdalena de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Madrid, a 16 de marzo de 2022, en Madrid (España). El deán de la catedral Santa María Magdalena de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Madrid, Andréy Kórdochkin, de procedencia ru - Gustavo Valiente - Europa Press
En la citada declaración conjunta, recogida por Europa Press, la Iglesia ortodoxa rusa en España y Portugal y la Conferencia Episcopal Española explican que ambas "se unen ante el dolor y el sufrimiento" provocado, según señalan, a tantos hermanos "ortodoxos, católicos y personas de todas las creencias, por la invasión de Rusia a Ucrania".
"Desde la segunda guerra mundial, Europa no se ha enfrentado a una catástrofe de tal magnitud como esta guerra 'repugnante', que agrava la ya difícil crisis provocada por la pandemia de Covid-19. En este contexto desolador, nuestras Iglesias quieren recordar juntas las palabras de nuestro Señor Jesucristo, el Príncipe de la Paz: 'Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios' (Mt 5,9)", destacan en el texto.
Asimismo, ambas Iglesias invitan a todos sus fieles a "intensificar la oración por la paz en todo el mundo, especialmente en Ucrania, para que la luz radiante de la Pascua no quede oscurecida por las lágrimas de los que lloran a sus muertos, víctimas de la guerra".
"Agradecemos los gestos de caridad hacia las víctimas de la guerra y la acogida generosa a todos los refugiados. La solidaridad con el hermano que sufre es expresión del consuelo y la misericordia del Padre celestial hacia todos sus hijos", subrayan.
En este sentido, llaman "a todos aquellos que tienen el poder de detener la violencia y la barbarie a que escuchen en su conciencia la voz de Dios, que rechaza el mal y la guerra, y llama a reconstruir la fraternidad universal".
"Mostramos nuestro compromiso para seguir trabajando por la reconciliación entre los pueblos como auténticos pastores que desean ser instrumentos de paz y de comunión", indican en la declaración suscrita este miércoles por monseñor Néstor Sirotenko, arzobispo de Madrid y Lisboa - Patriarcado de Moscú, y por monseñor Francisco Javier Martínez, arzobispo de Granada y presidente de la Subcomisión Episcopal para Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso.