El Papa quiere que el Jubileo de la Misericordia active la "revolución de la ternura", también dentro de la Iglesia

Actualizado: miércoles, 2 diciembre 2015 17:04

ROMA, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha manifestado en una entrevista a la revista italiana 'Credere' que quiere que en el Año Jubilar, que comenzará el próximo 8 de diciembre, se ponga en marcha "la revolución de la ternura" al tiempo que se ha reconocido como "un pecador a quien el Señor ha mirado con misericordia".

El Pontífice argentino ha afirmado que el mundo de hoy "necesita la compasión" y ha lamentado que a veces la misma Iglesia católica siga "una línea dura" que subraya "sólo las normas morales" porque, a su juicio, esto provoca que "mucha gente se queda fuera".

"La verdadera revolución es la de la ternura, porque de ella se deriva la justicia y todo lo demás. Si te pones en el lugar de la otra persona, en lugar de pensar en tus propios bolsillos... las cosas cambian", ha explicado.

En este sentido, ha añadido que la revolución de la ternura es lo que hay que cultivar como fruto de este año de la misericordia. "La ternura de Dios para cada uno de nosotros", ha recalcado.

"Me vino a la mente la imagen de la Iglesia como un hospital de campaña después de la batalla: ¡cuánta gente herida y destruida! Creo que este es el tiempo de la misericordia. Todos somos pecadores, todos llevamos pesos dentro. Sentí que Jesús quiere abrir la puerta de su corazón, que el Padre quiere mostrar sus entrañas de misericordia, y por esto nos envía al Espíritu. Es el año del perdón, el año de la reconciliación", ha comentado.

Francisco también arremete contra "el comercio de armas" y "el asesinato de inocentes en las formas más crueles posibles" o "la explotación de niños", realidades que ha calificado como "un sacrilegio contra la humanidad".

"Yo soy un pecador. Estoy seguro de ello. Yo soy. Como dije a los presos en Bolivia, soy un hombre perdonado. Dios me miró con compasión y me perdonó. Incluso ahora cometo errores y pecados, y me confieso cada quince o veinte días. Y si me confieso es porque necesito sentir que la misericordia de Dios todavía está en mí", ha revelado.

Por otro lado, ha explicado cuál ha sido su experiencia de Misericordia divina al recordar en concreto un episodio del 21 de septiembre de 1953, cuando sintió la necesidad de entrar en una iglesia y confesarse con un sacerdote que no conocía. Según ha relatado, a partir de entonces su vida fue diferente porque decidió hacerse sacerdote y aquel confesor, enfermo de leucemia, le acompañó durante un año.

"Murió al año siguiente. Después del funeral lloré amargamente, me sentí totalmente perdido, como con miedo de que Dios me hubiera abandonado. Ese fue el momento en que me topé con la misericordia de Dios y está muy vinculado con mi lema episcopal", ha indicado.

Además, ha afirmado que la misericordia puede ser una oportunidad para redescubrir la maternidad de Dios. "No todo el mundo entiende cuando se habla de la maternidad de Dios, no es un lenguaje popular, parece una palabra para elegidos, así que prefiero usar la ternura, propia de una madre, la ternura de Dios, la ternura nace de las entrañas paternas. Dios es padre y madre", ha concluido.

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