BARCELONA, 6 May. (EUROPA PRESS) -
El juez ha decretado el ingreso en prisión para 19 de los 56 detenidos de la banda de ladrones de cobre más activa de Cataluña, desarticulada este martes en el distrito de Sant Martí de Barcelona, de la que los Mossos d'Esquadra ha podido acreditar que habían realizado dos ventas de 35 toneladas de cobre robado consiguiendo más de 200.000 euros.
En rueda de prensa, el intendente jefe de la División de Investigación Criminal (DIC), Jordi Bascompte, ha explicado que esperan que este golpe a los ladrones de cobre tenga un "efecto disuasorio" y que desciendan este tipo de delitos.
La banda criminal, "numerosa y profesional", actuaba de manera muy bien organizada y se dedicaban a saquear cable de cobre de la línea eléctrica secundaria de municipios como Terrassa, la zona del Pallars Jussà y la Noguera, causando pérdidas económicas muy importantes a las empresas propietarias de las líneas y a las mismas poblaciones.
Dividían muy bien sus tareas y mientras unos se ocupaban de los robos, otros hacían las vigilancias y se dedicaban a pelar el cable para no dejar rastro de su origen ilícito antes de venderlo.
No obstante, hay un chatarrero del distrito de Sant Andreu de Barcelona imputado de un delito de receptación, ya que según los Mossos se ha podido comprobar que había comprado cobre presuntamente conociendo su procedencia ilícita.
Los detenidos salían a robar en grupos formados por miembros de un mismo clan familiar y con un alto número de participantes, ya que el volumen y el peso del cobre robado exigía una gran cantidad de personas, desplazándose al lugar del robo en forma de convoys.
Del total de 56 detenidos --52 hombres y cuatro mujeres--, de nacionalidad rumana y 33 con antecedentes por robo, pasaron a disposición 50 y de ellos 19 ingresaron en prisión.
38 EN BUSCA Y CAPTURA
Los Mossos d'Esquadra han expedido 38 órdenes de arresto para integrantes del grupo que no han sido todavía encontrados, y que podrían haber huido de Cataluña hacia su país.
La investigación, iniciada en febrero de 2010, ha permitido averiguar que el grupo vendía el cable ya pelado --lo que dificultaba seguirle el rastro y probar su procedencia ilícita-- porque tiene un valor superior en el mercado negro, de entre 6 y 7 euros el kilo.
Sin embargo, en la operación desarrollada en Sant Martí los Mossos no pudieron incautar cobre, aunque sí 21 furgonetas en las que transportaban el cobre, y la policía lo atribuye a que el grupo le daba una salida muy rápida.
Los robos de este material se realizaban con sierras de arco atadas a palos de madera para evitar acercarse demasiado a la línea eléctrica, y en otras ocasiones, primero se cercioraban de que no había corriente antes de escalar las torres y cortar cable con una cizalla.
Los Mossos utilizaron cámaras de vídeo para grabar las entradas y salidas de los presuntos ladrones, todos afincados en Barcelona, de sus viviendas en Sant Martí, y pudieron captar cómo llegaban con el cobre robado y después de prepararlo y dejarlo pelado y listo para la venta, lo llevaban a varias chatarreras.
