Actualizado 18/08/2010 23:29

Enrique expulsa de la corte a la reina Catalina

Los Tudor, la serie
RTVE

MADRID, 18 Ago. (OTR/PRESS) -

La serie revelación del verano, protagonizada por Jonathan Rhys Meyers, continúa con nuevos capítulos cargados de intrigas y tramas pasionales. El monarca de Inglaterra mantiene su obsesión por lograr con Ana Bolena un hijo varón que herede la dinastía. En la primera temporada, serie fue líder en todas las noches en horario de máxima audiencia, con un 17,9% de cuota. Este jueves, dos capítulos de estreno a partir de las 22.15 horas en La 1.

Tras el éxito de los primeros diez capítulos de 'Los Tudor', la serie continúa con dos nuevas entregas. Pasión, intrigas y romances de la mano del actor Jonathan Rhys Meyers que encarna a Enrique VIII, en sus primeros años de reinado. En esta nueva temporada, el monarca mantiene su obsesión por lograr con Ana Bolena un hijo varón que herede la dinastía Tudor, mientras expulsa de la corte a la reina Catalina. Y todo ello mientras su nación contempla cómo su inestable monarca les conduce a un futuro incierto y la Reforma anglicana comienza.

La segunda temporada de 'Los Tudor', abarca un período de 7 años que --debido a los cambios provocados por Enrique-- suponen un momento crucial en Inglaterra y en el mundo. Estos capítulos mostrarán a un rey que ha sido frustrado por el Vaticano en su intento de anular su matrimonio con Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena. Las razones para dar este paso son múltiples --vanidad, deseo sexual, individualismo audaz--, pero todas se centran en una ambición inquebrantable: ser padre de un hijo varón heredero de la dinastía Tudor. Si no tiene un hijo, este linaje se extinguirá con él.

Mientras, crecen en la corte los rumores sobre un plan para asesinar a Bolena y restaurar a Catalina. Su nación contempla cómo su inestable monarca les conduce a un incierto futuro. Las lealtades se ponen en tela de juicio y muchas de las personas cercanas a Enrique son acusadas de traición. Además, inspirado por las escrituras reformistas de Martín Lutero, Enrique emprende un salvaje y en última instancia, sangriento intento para ser dueño de su propia espiritualidad y su destino secular.

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