Un libro sobre las cofradías en la II República resalta "la caridad de éstas frente a la precariedad económica"

El escritor Juan Pedro Recio
ABEC EDITORES
Actualizado: jueves, 25 noviembre 2010 18:30

SEVILLA, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

El libro 'Las Cofradías de Sevilla en la II República' (Abec Editores), del escritor sevillano Juan Pedro Recio Lamata, resalta como las hermandades de la ciudad se sobrepusieron al anticlericalismo de la época, llevando a cabo de manera importante "la acción caritativa, a pesar de la precariedad económica que sufrían".

En una entrevista concedida a Europa Press, el autor, que presenta la obra este jueves en la Capilla de la Estrella en Sevilla, ha afirmado que la II República marca "un antes y un después" en la cofradías de la capital por varias razones, subrayando, en primer lugar, que en este breve periodo de tiempo, poco más de cinco años, las hermandades "vivieron y sufrieron diversos episodios desacostumbrados" como fuertes medidas de seguridad en los templos, ocultaciones de imágenes, celebración de la Semana Santa en el interior de las iglesias, incendios o pérdidas de patrimonio.

Además, ha lamentado que "algunas hermandades tuvieron que recomponerse de la nada o abandonar sus sedes centenarias para no regresar jamás". "La crisis económica, la hostilidad hacia lo religioso, los enfrentamientos ideológicos y otras cuestiones políticas y sociales influyeron notablemente en el día a día de las hermandades", ha asegurado.

No obstante y a pesar de las circunstancias descritas, Recio ha señalado que las hermandades se adaptaron a la situación, celebrando cultos internos, participando en actos conjuntos como la velá ante el Monumento al Santísimo de la Catedral los años 1932, 1933 y 1934, y tratando en todo momento de cumplir con sus principios. "La acción caritativa de las hermandades fue importante, a pesar de la precariedad económica que sufrían", ha reiterado.

Por otro lado, ha subrayado que el primer tercio del siglo XX fueron años de esplendor donde aparecieron nuevas hermandades, nuevos elementos patrimoniales de artistas como Juan Manuel Rodríguez Ojeda y Antonio Castillo Lastrucci, o novedosas composiciones musicales de Font de Anta o López Farfán. Por el contrario, ha indicado que en la década de los 30 "la fiebre creativa se paraliza, y no será hasta la posguerra cuando las hermandades, auspiciadas por el nuevo régimen, resurjan de nuevo".

Entre los aspectos relevantes, Recio Lamata ha apuntado la vida interna de las hermandades, "más sosegada" que en la actualidad, el bajo número de hermanos que las integraba, en algunas menos de 100, y las difíciles relaciones con políticos y jerarquía eclesiástica.

"INCONVENIENTES PARA CELEBRAR LA SEMANA SANTA"

Por lo que respecta a este periodo gubernamental, las autoridades locales, el alcalde y el gobernador civil, "apoyaban insistentemente la salida de las cofradías en 1932, mientras los cofrades observaban ciertos inconvenientes a la hora de celebrar externamente la Semana Santa como la inseguridad, desconfianza, problemas económicos y anticlericalismo".

En este sentido, ha señalado que la Constitución de 1931 sentó las bases de "la ruptura entre el Estado y la Iglesia", añadiendo que otras medidas adoptadas en los primeros meses de la República, como la expulsión de los Jesuitas, confiscación de sus bienes, ley del divorcio, secularización de cementerios y retirada de crucifijos de las escuelas, fueron consideradas como "una persecución a la Iglesia".

Otras cuestiones más localizadas, tales como los cambios en el nomenclátor, los intentos de incendio a templos sevillanos o la fuerte implicación política de determinados cofrades, influyeron "notablemente a la hora de suspender las salidas procesionales", ha apuntado. Además, "lamentablemente, los disturbios y disparos a la Cofradía de la Estrella, y el incendio de San Julián en 1932, vinieron a dar la razón a los defensores de la no salida de las cofradías. Prueba de ello, es que en 1933 no salió ninguna", ha manifestado. En este sentido, ha precisado que los cambios políticos a finales de 1933, cuando gana las elecciones generales la CEDA, propiciaron la normalización de las salidas procesionales.

'Las Cofradías de Sevilla en la II República' ofrece al lector una visión cercana y precisa de esta etapa de la Historia en su contexto cofrade, al haber sido realizada sobre la base de la información y documentación hallada por el autor en un dilatado periodo de investigación digno de mérito y reconocimiento.

"DEFORMACIÓN DE LA REALIDAD"

El autor, funcionario de la Administración Civil del Estado e incansable estudioso de los asuntos relacionados con la Semana Santa de Sevilla, ha asegurado que sobre este tiempo "existen muchas leyendas, bastantes deformaciones de la realidad y algunas manipulaciones, consecuencia de hablar mucho de oídas".

Por otro lado, el escritor, que esta tarde estará acompañado por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Adolfo Arenas, ha comentado que lo que más le pueda sorprender al lector es "la respuesta que daban los cofrades a cada problema que se les planteaba".

La espontaneidad, la solidaridad entre hermandades y la valentía de aquellos cofrades ante situaciones de peligrosidad, la imaginación que echaban a la hora de conseguir medios económicos o la manera de afrontar la adversidad y pequeñas historias de gente anónima quedan reflejadas por primera vez en una obra editorial.

Recio Lamata ha afirmado que es "un libro de cofradías en el que se habla de las circunstancias que envolvieron a éstas en aquellos años". Tienen un lugar destacado en el libro la música procesional, las saetas, los costaleros, los pasos, los bordados, los retablos cerámicos, y por supuesto, los pormenores de las ocultaciones de imágenes, las medidas de seguridad en los templos, las pérdidas sufridas por las hermandades en aquellos años y multitud de anécdotas que quizá lleguen a emocionar a algunos lectores.