Se constatan huracanes más fuertes por calentamiento de origen humano

Huracán Harvey tocando Texas
NOAA
Actualizado: viernes, 28 septiembre 2018 12:21

   MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

   El calentamiento del Atlántico tropical en relación con el resto del océano global pudo ser clave en la temporada anormalmente feroz de huracanes que se vivió en la región durante 2017.

   Además, un nuevo estudio en Science predicen que un patrón similar de calentamiento de la superficie del mar del Atlántico norte, que se produce en paralelo con los incrementos de las concentraciones de gases de efecto invernadero y la disminución de la contaminación por aerosoles, probablemente genere un mayor número de huracanes importantes en las temporadas siguientes.

   Sus datos ayudan a aportar información sobre el misterio actual del efecto de las actividades humanas en la incidencia de huracanes. La temporada de huracanes del Atlántico Norte 2017 fue muy activa, con un total de seis tormentas importantes, casi dos desviaciones estándar por encima de la cifra normal en el año promedio. Tres de estos huracanes fueron sobre la Costa del Golfo y el Caribe, causando pérdidas y daños sustanciales.

   Monitorizar las tendencias únicas en la temperatura de la superficie del mar, o las anomalías, y la circulación del agua de mar es clave para estimar la probabilidad de grandes temporadas de huracanes en el futuro. Utilizando modelos computarizados de alta resolución, Hiroyuki Murakami y sus colegas del Laboratorio de Geofísica de Fluidos Dinámicos en la Universidad de Princeton, en New Jersey, Estados Unidos, analizaron la temporada del 1 de julio al 30 de noviembre, encontrando que las condiciones moderadas de La Niña 2017 --enfriamiento de agua en el Pacífico ecuatorial que a veces está relacionado con la actividad de huracanes-- no fueron las más influyentes en la temporada de huracanes 2017.

   Más bien, las anomalías locales en la temperatura de la superficie del mar Atlántico estaban altamente correlacionadas con una mayor actividad de los huracanes. Experimentos de simulación adicionales ejecutados bajo la tendencia prevista de un clima más cálido (vinculado a las fuerzas humanas), mostraron un riesgo continuo de alta densidad de huracanes en el Caribe, la costa de Estados Unidos y el océano abierto al norte del Atlántico Norte.

   Los autores de esta investigación dicen que se necesita un mayor refinamiento en los modelos de simulación para analizar el impacto de las actividades específicas hechas por el hombre en las frecuencias de los huracanes.