Un nuevo estudio desmiente el vínculo entre la fluoxetina y la tendencia al suicidio

Europa Press Ciencia
Actualizado: miércoles, 2 febrero 2005 9:58

MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

Científicos de la Universidad de California tras realizar un estudio sobre el uso de antidepresivos y las tendencias suicidas de las últimas cuatro décadas consideran que las recientes afirmaciones que vinculan el uso de antidepresivos con el suicidio son contradictorias con el descenso de la tasa de suicidios que se ha producido desde la introducción de fármacos como la fluoxetina (Prozac) y otros recaptadores selectivos de la serotonina. Los resultados de su estudio se publican en 'Nature Reviews Drug Discovery', una de las publicaciones del grupo editorial de la revista 'Nature'.

Según los autores, las acciones reguladoras dirigidas a limitar las prescripciones de este tipo de fármacos podrían incrementar las tasas de muerte derivadas de depresiones no tratadas, la principal causa del suicidio.

Según Julio Licinio, uno de los investigadoresdel estudio, los datos del reciente debate se han centrado únicamente en un posible vínculo entre el uso de antidepresivos y el riesgo de suicidio, sin examinar el historial y el contexto médico. Licinio explica que los expertos temen que la ausencia del tratamiento pueda promover más daño a los individuos depresivos que los efectos de los fármacos.

Los científicos realizaron un estudio exhaustivo de datos clínicos entre 1.960 y 2.004 sobre antidepresivos y suicidio y descubrieron que las tasas de suicidio ascendieron de forma constante entre 1.960 y 1.988, fecha en la que fue introducido la fluoxetina en el mercado.

Desde entonces, la tasa de suicidio descendió significativamente, desde la posición octava a la decimoprimera en la lista de causas de muerte en los Estados Unidos.

Según los investigadores, encontraron niveles de antidepresivos en la sangre de sólo el 20 por ciento de los casos de suicidio, lo que implica que la gran mayoría de estas personas no estaban siendo tratadas de su depresión.

Los investigadores también revisaron otros posibles motivos que pudieran contribuir a la tendencia suicida en personas que toman recaptadores selectivos de la serotonina para tratar su depresión.

Según los científicos, antes de la introducción de los recaptadores selectivos de serotonina, los pacientes que tomaban los primeros tratamientos para la depresión eran susceptibles a la sobredosis y a graves efectos secundarios, como tasas cardiacas irregulares y aumentos de la presión sanguínea. Por ello, los médicos recetaban los fármacos en pequeñas dosis y hacían un mayor seguimiento a los pacientes.

En contraste con esto, los efectos secundarios tóxicos son raros en los nuevos fármacos recaptadores selectivos de serotonina. Los médicos recetan dosis más grandes y pueden no ver al paciente hasta dos meses después. Licinio explica que cuando las personas comienzan una terapia con antidepresivos, el primer síntoma es un aumento de su energía, pero lo último que les abandona es su idea de que la vida no tiene sentido. Antes de tomar fármacos recaptadores selectivos de serotonina, los pacientes deprimidos podrían no haber cometido suicidio debido a su extremo letargo, pero al comenzar el tratamiento y experimentar más energía continúan sin encontrar sentido a vivir y es el momento más peligroso para la tendencia al suicidio.

Los científicos destacan la necesidad de realizar un mayor seguimiento del uso de estos fármacos en los niños, ya que el único antidepresivo que ha probado ser de utilidad para el tratamiento de la depresión infantil ha sido la fluoxetina.

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