MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -
Físicos han demostrado matemáticamente que toda teoría con límite clásico -que describa observaciones del mundo clásico recuperando la teoría clásica en ciertas condiciones- debe contener entrelazamiento.
Así, a pesar de que el entrelazamiento va en contra de la intuición clásica, debe ser una característica inevitable no sólo de la teoría cuántica, sino también de cualquier teoría no-clásica, incluso aquellas que aún no han sido desarrolladas.
Los físicos, Jonathan G. Richens en el Imperial College de Londres y el University College de Londres, John H. Selby en el Imperial College de Londres y la Universidad de Oxford, y Sabri W. Al-Safi en la Universidad de Nottingham Trent, han publicado un artículo que establece el entrelazamiento como un rasgo necesario de cualquier teoría no clásica en un número reciente de Physical Review Letters.
"La teoría cuántica tiene muchas características extrañas en comparación con la teoría clásica", dijo Richens a Phys.org. "Tradicionalmente estudiamos cómo emerge el mundo clásico a partir del cuántico, pero nos proponemos invertir este razonamiento para ver cómo el mundo clásico forma el cuanto, al demostrar que uno de sus rasgos más extraños, el entrelazamiento, es totalmente insuperable. Sugiere que gran parte de la aparente extrañeza de la teoría cuántica es una consecuencia inevitable de ir más allá de la teoría clásica, o tal vez incluso una consecuencia de nuestra incapacidad de abandonar la teoría clásica.
Aunque la prueba completa es muy detallada, la idea principal detrás de ella es simplemente que cualquier teoría que describe la realidad debe comportarse como la teoría clásica en algún límite. Este requisito parece bastante obvio, pero como muestran los físicos, imparte fuertes restricciones a la estructura de cualquier teoría no clásica.
La teoría cuántica cumple este requisito de tener un límite clásico a través del proceso de decoherencia. Cuando un sistema cuántico interactúa con el entorno exterior, el sistema pierde su coherencia cuántica y todo lo que lo hace cuántico. Así que el sistema se vuelve clásico y se comporta como se esperaba por la teoría clásica.
Aquí, los físicos demuestran que cualquier teoría no clásica que recupere la teoría clásica debe contener estados enredados. Para demostrar esto, asumen lo contrario: que tal teoría no tiene entrelazamientos
Luego muestran que, sin enredos, cualquier teoría que recupere la teoría clásica debe ser la teoría clásica misma, contradicción de la hipótesis original de que la teoría en cuestión es no clásica. Este resultado implica que la suposición de que tal teoría no tiene enredo es falsa, lo que significa que cualquier teoría de este tipo debe tener enredo.
Este resultado puede ser sólo el comienzo de muchos otros descubrimientos relacionados, ya que abre la posibilidad de que otras características físicas de la teoría cuántica se puedan reproducir simplemente exigiendo que la teoría tenga un límite clásico.
Los físicos anticipan que las características tales como la causalidad de la información, la simetría de los bits y la localidad macroscópica pueden demostrarse que surgen de este requisito único. Los resultados también proporcionan una idea más clara de lo que cualquier futura no-clásica, post-teoría cuántica debe parecerse.
"Mis metas futuras serían ver si la no-localidad de Bell también puede derivarse de la existencia de un límite clásico", dijo Richens. "Sería interesante que todas las teorías que reemplacen a la teoría clásica deban violar el realismo local, y también estoy trabajando para ver si ciertas extensiones de la teoría cuántica (como la interferencia de orden superior) pueden ser descartadas por la existencia de un límite clásico, o si esto límite imparte restricciones útiles sobre estas "teorías post-cuánticas".
