BARCELONA, 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
Entidades cívicas y personalidades de la cultura catalana están promoviendo y recaudando fondos para la primera película sobre el proceso soberanista, 'Trencant cadenes', con el objetivo de estrenarla en otoño de 2014, coincidiendo con los 300 años de los hechos que conmemora la Diada.
En una entrevista de Europa Press, el productor Jordi Rediu ha explicado que la dirigirá Antoni Verdaguer y que tiene el apoyo de 17 asociaciones y entidades cívicas, y de 40 actores, incluidos Toni Albà, Quim Masferrer, Txe Arana y Fermí Fernández; también participan como asesores el escritor Jaume Cabré y el sociólogo Salvador Cardús.
"Hasta Navidad nos damos cinco meses para buscar financiación, mediante diferentes plataformas, entre ellas Verkami, y también patrocinadores e inversores", relata el productor catalán.
"Si todo va bien, tenemos previsto hacer la preproducción en febrero de 2014, rodar entre marzo y abril, y en verano la postproducción, para estrenarla de aquí a un año", ha concretado Rediu.
FINANCIACIÓN PIONERA
Según él, el reto que se plantean es pionero porque en Cataluña nadie se ha atrevido a hacer una película cuya base de financiación sean aportaciones ciudadanas: "En los Estados Unidos sí que se han hecho, con presupuestos de hasta 1,5 millones de dólares".
"Nuestra ilusión es alcanzar un millón de euros, y hacer una película donde el gancho lo tiene la sociedad civil, y que permita dentro de cinco años mirar atrás y reflejar qué pasaba en 2013 y 2014", ha explicado.
THRILLER Y ENTRETENIMIENTO
Pretende ser un "thriller político", que incorpore también elementos de entretenimiento y comedia y, además de convertirse en la primera película sobre el debate soberanista, quiere contar con la colaboración del máximo de catalanes que abogan por la secesión.
El protagonista es un 'hacker' que vive en Londres y que decide actuar al ver la situación de Cataluña: "Hace una serie de estrategias y trampas que desencadenan confrontaciones policiales, que al mismo tiempo son divertidas".
Para Jordi Rediu, "la gracia que tiene esta película es que no es un documental ni una película histórica sobre 1714, porque la gente ya conoce estos hechos".
"Queremos reflejar lo que pasa ahora, en la calle, cómo evoluciona el proceso independentista, y el trabajo que hacen entidades como la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural", añade.
