Actualizado 01/08/2008 12:06

Varias ONG denuncian que julio ha sido el mes más sangriento desde 2001 en Afganistán

Hacen un llamamiento a todas las partes a que eviten la muerte de civiles y hagan un uso proporcionado de la fuerza


KABUL, 1 Ago. (Reuters/EP) -

La violencia en Afganistán alcanzó en julio su peor nivel desde la invasión en 2001 con más de 260 civiles muertos, según denunciaron este viernes un grupo de un centenar de ONG, que hicieron un llamamiento a todas las partes a que protejan las vidas de los no combatientes.

El número de ataques insurgentes en Afganistán fue mayor en mayo y junio que en cualquier otro mes desde que tropas encabezadas por Estados Unidos derrocaron a los talibán a finales de 2001, señaló el Organismo de Coordinación de Agencias para la Asistencia Afgana (ACBAR), grupo que engloba a las ONG en Afganistán.

"Nosotros, las cien ONG nacionales e internacionales miembros de ACBAR, expresamos nuestra grave preocupación por el deterioro de la situación de la seguridad en Afganistán y el serio impacto que esto tiene en los civiles", señaló la organización en un comunicado.

El incremento de la violencia ha obligado a las ONG a restringir su labor humanitaria y de desarrollo en un momento en que la sequía y los altos precios de los alimentos están poniendo a cada vez más personas en una situación delicada. Según ACBAR, muchas escuelas y clínicas han cerrado y un número significativo de personas se han convertido en desplazados internos. De acuerdo con esta organización, sólo este año han muerto 19 miembros de ONG en ataques.

En este sentido, Naciones Unidas señaló que el reto humanitario es creciente en Afganistán y precisó que doce de sus convoyes de ayuda han sido atacados por hombres armados en los últimos seis meses.

"Pero nosotros necesitamos el apoyo continuado de las ONG y la comunidad internacional si queremos prevenir más sufrimiento", afirmó el portavoz de la ONU en Afganistán, Aleem Siddique. "Es imperativo que sigamos comprometidos con Afganistán, las necesidades de su gente no pueden ser respondidas sólo por su Gobierno y la ONU", previno.

AUMENTO DE FUERZAS

El número de fuerzas internacionales ha aumentado en el último año en unos 10.000 hombres hasta alcanzar los 71.000, y también han aumentado los miembros de las fuerzas de seguridad afganas en alrededor de las mismas cifras, pese a lo cual la actividad de la insurgencia talibán no ha cesado.

Según los comandantes de la OTAN, la violencia ha aumentado alrededor del 40% en el este del país desde esta primavera, en parte debido a que las tropas están patrullando más zonas pero también debido a que más milicianos han entrado en Afganistán procedentes de Pakistán.

Según ACBAR, unas 2.500 personas han muerto en el conflicto este año, unas mil de ellas civiles, y 260 sólo en el mes de julio. Alrededor de dos tercios de los civiles muertos han fallecido en ataques insurgentes, añadió el grupo de ONG, "especialmente en atentados suicidas y otros ataques indiscriminados en zonas civiles y por el uso de propiedades civiles para lanzar ataques".

Los insurgentes talibán en el sur y el este del país "están llevando a cabo una potente campaña sistemática de amenazas, secuestros y ejecuciones contra miembros de la población civil", denunció ACBAR.

Pero, añadió el informe, el creciente número de ataques aéreos por parte de las fuerzas internacionales, que asegura aumentó un 40% este año, también contribuyó al aumento de las bajas civiles. "Las búsquedas realizadas por las fuerzas afganas e internacionales en ocasiones implican un uso excesivo de la fuerza, asesinatos extrajudiciales, destrucción de propiedades y/o maltrato de sospechosos", lamentó ACBAR.

Por ello, el grupo hizo un llamamiento a todas las partes en el conflicto para que adopten todas las medidas posibles para minimizar la muerte de civiles y usar niveles proporcionados de fuerza.