Barroso admite que la UE estuvo "muy cerca del desastre" durante la crisis de deuda y culpa a los Gobiernos

"El trabajo de presidente de la Comisión es el más difícil del mundo", dice en su despedida

FLORENCIA (ITALIA), 9 May. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha admitido que la UE estuvo "muy cerca del desastre" durante la crisis de deuda y que un mayor contagio a Italia y España podría haber amenazado la supervivencia de la eurozona. No obstante, Barroso ha sostenido que el Ejecutivo comunitario siempre tomó las "decisiones adecuadas" y ha culpado a los Gobiernos de la lentitud y la falta de ambición de las medidas anticrisis.

"Por lo que se refiere a la crisis financiera, estuvimos muy cerca de un desastre", ha resaltado Barroso durante una entrevista-conferencia con motivo del Día de Europa en la que ha repasado sus 10 años al frente de la Comisión.

Los problemas no afectaron únicamente a los países rescatados -ha proseguido- sino que también "Italia estuvo muy cerca del abismo". En este sentido, ha explicado que en la cumbre del G-20 celebrada en Cannes en noviembre de 2011 "hubo un intento por parte de algunos de poner a Italia bajo la supervisión directa del Fondo Monetario Internacional (FMI)".

"Hubiera sido un error porque habría puesto en peligro la situación en la eurozona, ya que el día en que la crisis llegara a España, como llegó pero sólo en el sector bancario, y a Italia sería un problema para toda la eurozona", ha señalado el político portugués.

A su juicio, ello "fue el mayor test de estrés de la historia para la integración de Europa" pero ahora puede decirse que "la crisis existencial del euro está resuelta". "Los analistas que predecían la salida de Grecia, la implosión del euro, estaban completamente equivocados. Ellos son los que tienen que disculparse por su análisis, no la Comisión", ha alegado.

En este sentido, Barroso ha defendido que el Ejecutivo comunitario "básicamente tomó las decisiones adecuadas" con la información disponible. "Los motivos por los que no fuimos más rápidos y los motivos por los que no fuimos más audaces no fueron a causa de las instituciones europeas, sino porque naturalmente había diferencias de posición entre los Estados miembros y hay que respetarlo", ha señalado.

El presidente de la Comisión ha atacado además a los políticos nacionales que "cuando las cosas van bien dicen que es mérito suyo y cuando van mal culpan a Bruselas". En su opinión, es esta actitud la que provoca la escasa confianza y popularidad de las instituciones de la UE y el auge de las fuerzas populistas y antieuropeas. "Si se critica a Bruselas de lunes a sábado, no se puede lograr que la gente vote por Europa el domingo", ha dicho.

En el balance de sus 10 años de mandato, Barroso ha dicho que su mejor momento fue el discurso de aceptación en Oslo del premio Nobel de la Paz en diciembre de 2010. Y sus momentos más difíciles fueron durante la crisis del euro. "Mi mayor emoción fue cuando vi las dificultades en mi propio país, Portugal", ha confesado.

"El trabajo de presidente de la Comisión creo que es el más difícil del mundo", ha concluido Barroso citando al ex comisario británico Chris Patten. "La cantidad de trabajo, de viajes, de horas, es inimaginable, requiere buena resistencia física como primera condición. La segunda es paciencia", ha señalado. Y ha alertado contra el riesgo de un Ejecutivo comunitario excesivamente "partidista" tras las elecciones a la Eurocámara porque ello pondría en riesgo su credibilidad y autoridad.

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