La organización asegura que la situación en Tinduf "ha mejorado", pero el Polisario "margina a los que se oponen a su liderazgo"
MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) aseguró hoy que, pese a los "limitados avances" experimentados en Marruecos en materia de Derechos Humanos, las autoridades marroquíes siguen violando "las libertades de expresión, asociación y reunión en el Sáhara Occidental". Asimismo, afirmó que aunque la situación de los Derechos Humanos en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) "ha mejorado", el Frente Polisario sigue "marginando a los que se oponen directamente a su liderazgo".
HRW hizo público hoy un informe de 216 páginas, 'La situación de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental y los campamentos de refugiados de Tinduf', en el que insta tanto a Marruecos como al movimiento independentista Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente Polisario) a adoptar "medidas concretas" para mejorar la situación de los Derechos Humanos en los territorios bajo su control y pide al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que "garantice la verificación regular de la situación en el Sáhara Occidental y Tinduf".
En el informe, que se centra en la situación actual más que en los abusos cometidos en el pasado, Human Rights Watch documenta el uso por parte de Marruecos "de una combinación de leyes represivas, violencia policial y procesos judiciales injustos para castigar a los saharauis que defienden de manera pacífica la independencia o la total autodeterminación del territorio disputado del Sáhara Occidental".
"El problema internacional del Sáhara Occidental ha estado en segundo plano durante décadas", señaló la directora para Oriente Medio y Norte de África de Human Rights Watch, Sarah Leah Whitson. "No obstante, este conflicto sirve para que el mundo pueda entender y abordar los problemas más amplios en materia de Derechos Humanos que siguen existiendo para Marruecos", añadió.
En el Sáhara Occidental, según HRW, "las autoridades marroquíes consideran que toda oposición a su control del territorio en disputa constituye un ataque ilegal contra la 'integridad territorial' de Marruecos", lo cual utilizan como argumento "para prohibir o dispersar las manifestaciones pacíficas y negar el reconocimiento legal a las organizaciones de Derechos Humanos".
MALTRATOS Y TORTURAS
No obstante, advirtió la organización, "el problema va mucho más allá de las leyes represivas: la Policía maltrata a los independentistas que se manifiestan pacíficamente y, en ocasiones, tortura a los detenidos". "Los ciudadanos presentan denuncias contra el abuso policial y el sistema judicial las desestima habitualmente sin realizar una investigación seria, lo que refuerza la sensación de impunidad de la Policía", agregó.
Aunque "en las manifestaciones saharauis se producen a veces actos de violencia, que las autoridades marroquíes tienen la obligación de prevenir y sancionar", este hecho "no puede justificar una prohibición general de las reuniones pacíficas", según HRW. Los tribunales marroquíes han condenado a activistas por los Derechos Humanos saharauis por incitar o participar en la violencia "partiendo de pruebas dudosas y con procesos claramente injustos", prosiguió.
Durante la preparación de este informe, Human Rights Watch entrevistó a numerosos habitantes del Sáhara Occidental y a actuales y antiguos residentes de los campamentos de refugiados de Tinduf. Tanto el Gobierno de Marruecos como el Frente Polisiario recibieron a la delegación de Human Rights Watch, no interpusieron ningún obstáculo significativo a su trabajo y ofrecieron respuestas extensas a las preguntas de Human Rights Watch, que se incluyen en el informe, según la organización.
SITUACIÓN EN TINDUF
En los campamentos de refugiados de Tinduf, el Frente Polisario permite que los refugiados critiquen su gestión de los asuntos cotidianos, "pero margina efectivamente a los que se oponen directamente a su liderazgo", denunció HRW.
"Los residentes pueden abandonar los campamentos si así lo desean, incluso para reubicarse en la zona del Sáhara Occidental bajo control marroquí", prosiguió. "El hecho de que la mayoría transite por la carretera principal a Mauritania, en lugar de utilizar rutas clandestinas, demuestra su confianza en poder viajar", añadió. Sin embargo, precisó, "los que se dirigen al Sáhara Occidental suelen ocultar sus planes, por temor tanto a los obstáculos oficiales como al rechazo de otros residentes del campamento en caso de que se sepa su destino final".
La población de los campamentos sigue estando expuesta al abuso debido a su ubicación aislada y a la falta de verificación regular e independiente sobre la situación de los Derechos Humanos, aseguró la organización. Otro problema, añadió, es que "Argelia considera que es el Frente Polisario, y no el propio Gobierno argelino, el responsable de salvaguardar los Derechos Humanos de los residentes en el campamentos".
"Los refugiados de Tinduf llevan más de 30 años exiliados de su patria y gobernados por un movimiento de liberación en condiciones de dureza física y aislamiento", señaló Whitson. "Independientemente de la situación actual, tanto el Frente Polisario como el país de acogida, Argelia, tienen la responsabilidad de garantizar la protección de los derechos de esta población refugiada vulnerable", agregó.
LA MINURSO
Según Human Rights Watch, el Consejo de Seguridad de la ONU debe garantizar que la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) incluya entre sus funciones la verificación regular de la situación de los Derechos Humanos, una tarea que corresponde a "prácticamente a todas las misiones de pacificación de la ONU en el mundo".
En este sentido, advirtió la organización, Francia y Estados Unidos, por ser los "miembros permanentes del Consejo de Seguridad con mayor interés en la región", deberían desempeñar "un papel importante en esta cuestión".