"Cuando el helicóptero llegó, ya había cadáveres en el fondo del bote"

Desembarco de 200 inmigrantes rescatados por un buque de MSF
ANNA PSAROUDAKIS/MSF
Actualizado: sábado, 23 julio 2016 10:23

Una médico del 'MV Aquarius' lamenta que "tuvieron una muerte horrible sólo porque no tenían otra forma de llegar a Europa"

MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

David, nigeriano de 30 años, era uno de los ocupantes de la patera localizada esta semana en el Mediterráneo con 22 muertos a bordo. Su historia es la de muchos otros miles que, como él, se han embarcado en una peligrosa travesía desde el norte de África y ahora recuerda con pesar a quienes no han tenido la 'suerte' de sobrevivir.

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) rescató esta semana a dos centenares de inmigrantes que viajaban en una embarcación neumática en la que también había 22 cadáveres --los de 21 mujeres y un hombre--.
Los supervivientes desembarcaron el viernes por la mañana en el puerto siciliano de Trapani y han podido contar su historia.

David, por ejemplo, ha explicado que escapó de Nigeria y trabajó durante dos años en el sector de la construcción en Libia. Esta semana, en "una noche muy mala", se embarcó en una travesía junto a "demasiada gente", en un bote "demasiado lleno" y sin unas mínimas condiciones de seguridad.

La tragedia comenzó cuando el suelo de la embarcación se rompió y comenzó a entrar agua. A pesar de los esfuerzos de los propios ocupantes, el agua alcanzó el nivel de las rodillas y los inmigrantes entraron en "pánico", especialmente las mujeres que estaban sentadas en la parte central.

"Algunas de esas chicas intentaron levantarse, pero volvían a caer en una piscina de combustible y agua", ha explicado David, según el testimonio recogido por MSF. "Comenzaron incluso a morder a algunos de los hombres" que estaban o de pie o sentados en el borde, ha añadido.

Los intentos por achicar agua apenas sirvieron y "cuando el helicóptero llegó, ya había cadáveres en el suelo". Posteriormente, se acercó a la zona el buque al que terminarían subiéndose todos los supervivientes, entro ellos una joven que fue localizada "aún con vida debajo de los cadáveres".

"Me siento mal por las mujeres que murieron. No tenía que haber pasado", ha lamentado David, que "no olvidará lo que ha visto. "Tomar el barco es peligroso. Es la verdad. No recomiendo a nadie que lo haga", ha advertido.

EL SILENCIO

La doctora Erna Rijnierse, integrante del equipo sanitario del 'MV Aquarius' de MSF, ha recordado que cuando su barco llegó al rescate de la patera, lo primero que le llamó la atención fue el silencio. "Normalmente, cuando te acercas las personas se agitan y te hacen ver que están ahí, pero esta vez había un horrible silencio", ha explicado.

A continuación, también se percató del "fuerte olor a combustible", y ya una vez junto a la patera, los equipos de rescate confirmaron que había cadáveres a bordo. En un principio, no supieron ni siquiera cuantas personas habían muerto, pero Rijnierse ha afirmado que una vez dentro "era difícil no pisar un cadáver".

"Había personas que sufrían escozor de ojos, debido probablemente al gas y al combustible. Además, era evidente que había habido una lucha, por los arañazos que presentaban algunas personas en brazos y piernas, pero también porque diez de ellas tenían mordeduras", ha añadido la médico, que ha sumado a las consecuencias de la travesía el hecho de que los supervivientes estaban "gravemente traumatizados" por todo lo vivido.

Los equipos de rescate tenían también la tarea de obtener la máxima información posible de las víctimas, pero en el caso de los fallecidos en esta patera, no fue fácil, ya que tuvieron una "muerte agonizante" y "se veía en sus caras". "Algunos de ellos tenían las amígdalas salidas por el proceso de ahogamiento. Es difícil reconocer a tus seres queridos cuando están en ese estado", ha apuntado Rijnierse.

Para Rijnierse, "lo más difícil y triste es que tuvieron una muerte horrible sólo porque no tenían otra forma de llegar a Europa". En este sentido, ha reconocido estar "enfadada" por que estas personas no hayan tenido la opción de evitar un peligroso viaje que les ha costado mucho más que cualquier billete de avión.

"Mo han cometido ningún delito más que cruzar el mar. No estaban enfermos. Eran personas normales con toda la vida por delante", ha lamentado.