Actualizado: miércoles, 7 octubre 2015 18:47

AMÁN, 7 Oct. (Reuters) -

Tras los ataques aéreos por parte de Rusia y con el temor a un asalto terrestre de mayor envergadura, cientos de ciudadanos han abandonado la localidad siria de Talbiseh, un enclave estratégico en manos de los rebeldes, cuyo control facilitaría la conquista completa de Homs por parte del Ejército sirio.

Cientos de familias han huido tras días de bombardeeos sobre Talbiseh y ciudades y pueblos vecinos bajo control rebelde. La gente evita grandes reuniones, incluyendo la oración pública en mezquitas, los colegios están cerrados y las calles permanecen vacías. Casi 300.000 personas viven en el enclave.

Cuando los aviones rusos se acercan, la sirenas envían a sus hogares a la poca gente que se atreve a salir a la calle. "La gente se ha vuelto muy cautelosa, especialmente por la llegada repentina de los aviones rusos", ha explicado Abdul Salama al Taher, un miembro del consejo rebelde local que ha gobernado la localidad en los últimos tres años.

Los habitantes aseguran que los bombardeos aéreos rusos han sido más intensos que ninguno de los vistos en los cuatros años de conflicto. "Cayeron diez bombas de una vez en el centro de Talbiseh. La explosión fue increíblemente grande", ha descrito Hassan Abou Nouh, un activista de la oposición.

"El humo y la destrucción se pueden ver desde cualquier lugar cercano así como equipos de rescate, ambulancias y personas bajo los escombros de sus casas demolidas ", ha asegurado. Hasta el martes, 18 civiles habían muerto, según Nouh.

Aunque algunas personas han huido, la mayoría se han quedado, "en parte porque toda la zona en general está sitiada", ha aclarado Nouh. Los combatientes rebeldes de Talbiseh anticipan un ataque similar. "Nuestros hombres han oído rumores de que se están agrupando tropas", ha afirmado un comandante del grupo rebelde Liwa Tawheed, Zaid Barbour. "El reconocimiento por parte de aviones rusos se oye constantemente en el aire".

HOMS COMO OBJETIVO

Talibesh, lejos de los bastiones de Estado Islámico, que se encuentran en el norte y este de Siria, ha sido objetivo de bombardeos rusos a pesar de la insistencia de Moscú de que su intervención militar se centra en el grupo terrorista.

La razón de los ataques, según los ciudadanos, es su localización estratégica justo al norte de la ciudad de Homs. Se trata de un territorio que el presidente sirio, Bashar al Assad, debe recuperar para asegurar su poder en los principales centros de población en el oeste del país, incluso si la estrategia implica abandonar zonas desérticas y tierras de cultivo en el este.

Talbiseh, Rastan y las localidades suníes de los alrededores forman una pequeña franja de tierra cercana a la autopista norte-sur del país --la cual une la mayoría de las principales ciudades del país-- y de las provincias del Mediterráneo, que son la tierra natal de la minoría alauí del presidente. "El objetivo es forzarnos a capitular para que Al Assad establezca su plan de partición", ha asegurado Al Taher.

Al sur, entre Talbiseh y la ciudad de Homs, se encuentran los cuarteles del Ejército sirio. Homs fue bastión de las fuerzas rebeldes. Ahora solo un distrito, Al Waar, permanece fuera de control de Al Assad.

Más al norte, en las provincias de Hama e Idlib, las tropas sirias y las milicias aliadas --respaldadas por los ataques aéreos rusos-- han lanzado este miércoles ofensivas contra posiciones rebeldes, según ha informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una ONG con sede en Reino Unico que sigue el conflicto a través de fuentes dentro del país. El martes por la noche, los ataques alcanzaron tanto Talbiseh como Al Waar, según el Observatorio.

BARÓMETRO DE LA REVOLUCIÓN

Recuperar el control de las localidades de las zonas rurales del norte de Homs sellaría el control gubernamental sobre la ciudad de Homs, ha advertido un rebelde. "Nuestra región es muy importante para el régimen", ha afirmado el rebelde Abu Baraa Al Homsi. "La batalla por la zona rural del norte es la lucha por Homs, la cual es el barómetro de la revolución", ha explicado.

A pesar de los bombardeos adicionales de la campaña rusa, los rebeldes sostienen que no abandonarán el territorio ganado en los últimos meses. "Lidiamos con Hezbolá, Irán y la Shabiha", ha recordado Barbour, refiriéndose a las fuerzas locales que luchan junto al Ejército sirio. "No han podido derrotarnos y, ahora, Rusia tampoco lo hará", ha concluido.

Las octavillas que lanzaron los aviones sirios la semana pasada, en las que se promete a la gente el paso seguro a través de los puestos de control del Ejército, han reforzado la idea de que se está preparando una nueva incursión para aplastar a los rebeldes.

En los panfletos se lee que los combatientes que se entreguen serán bien tratados y se les permitirá volver con sus familias. Las autoridades sirias aseguraron la semana pasada que 700 exrebeldes de la provincia de Deraa, en el sur del país, han pasado por este proceso.


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