El ex ministro colombiano dice que para resolver el conflicto en su país las FARC deben liberar "un cupo de secuestrados"
VALENCIA, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ex ministro de Educación de Colombia Luis Carvajal Basto criticó hoy la "feroz" oposición del PP al proceso de paz iniciado por el Gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero ya que consideró que el "terrorismo debe ser una política de Estado y los procesos de paz también".
Carvajal Basto, catedrático de Gestión Pública de las Universidades Javeriana, Gran Colombia y de los Andes, realizó estas declaraciones tras impartir en la facultad de ADE de la Universidad Politécnica de Valencia la conferecia sobre titulada 'La negociación entre el Gobierno colombiano y la guerilla: una esperanza para la paz', enmarcada en un ciclo de ponencias organizado por el Area de Derecho Constitucional de la UPV y el Instituto de Iberoamérica y del Mediterráneo (IBEM) con la colaboración de la Facultad de Administración y Dirección de Empresa.
Al respecto, mantuvo que el proceso de paz en Colombia es "bien diferente" del español ya que expuso que en su país el conflicto no es por problemas ideológicos sino como consecuencia del narcotráfico mientras que, a su juicio, en el País Vasco ETA y Batasuna "representan el sentir, sea justo o no, de una parte de la población".
Así, recalcó que aunque él no comparte las razones del movimiento independentista vasco "ETA y Batasuna, sea justo o no, representa el sentir de parte del sector de la población", mientras que en su país la ideología en el conflicto se ha perdido y está motivado por el tráfico de drogas.
Por ello, el catedrático y ex ministro, que dijo hablar exclusivamente a título individual, mostró su acuerdo con los trámites emprendidos en España ya que señaló que el "terrorismo debe ser una política de Estado y los procesos de paz también", por lo que recalcó: "yo no entiendo que un partido en España se oponga, de esta manera tan feroz incluso, al proceso de paz".
Por su parte, juzgó que el futuro de paz en Colombia "dependerá de la comunidad internacional y de los países amigos, como España, Francia o Estados Unidos, más que de la actitud que tengan las partes" porque, señaló, "hay sectores que quieren la paz y otros no" como se demostró, recordó, con la bomba que puso fin al intercambio humanitario promovido por Alvaro Uribe.
Al respecto, señaló que por "principios ciudadanos democráticos" otorga a las instituciones la credibilidad sobre la autoría de la bomba que terminó con el proceso de paz "más que a los secuestradores que han cometido actos bárbaros".
Por ello, recalcó que para reanudar el proceso de paz "la palabra" la tienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que deben recuperar su credibilidad que se encuentra "muy minada" y deben "producir hechos de paz". En concreto, les exigió la "liberación de manera unilateral de un cupo de secuestrados" para de este modo "dar credibilidad al proceso de paz".
Con todo, incidió en que el gran problema de fondo es el comercio ilegal de la droga, que permite la financiación de los grupos militares, por lo que advirtió de que será difícil su desmovilización mientras la cocaína alcance este precio tan alto.
