Actualizado: miércoles, 9 abril 2014 13:48
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MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

   La piqueta ha echado abajo a primera hora de este miércoles cuatro infraviviendas en el núcleo chabolisa de El Gallinero aunque podrían no ser los últimos ya que, como ha señalado el párroco de la San Carlos Borromeo, Javier Baeza, "hay dos órdenes judiciales más de derribo que hoy no se han ejecutado".

   Los derribos han afectado a tres familias y un joven, como ha explicado Baeza a Europa Press. Este último ha aceptado la ayuda ofrecida por el Samur Social al desear volver a su Rumanía natal. Las tres familias han rechazado la ayuda municipal y serán recolocadas por allegados.

   La Junta de Compensación, propietario de los terrenos, es la que solicitó los derribos, los cuales fueron autorizados por un juez.

   La concejala socialista Carmen Sánchez Carazo ha lamentado en declaraciones a Europa Press que estos derribos tengan lugar justo un día después de que se celebrara el Día Internacional del Pueblo Gitano. "Es la manera que tiene el Ayuntamiento de Madrid de celebrarlo", ha dicho.

   Y es que, en su opinión, detrás de los derribos está el Consistorio. Argumenta para ello que en diciembre, cuando se llevó a cabo el derribo de ocho chabolas, el Ayuntamiento negó tener algo que ver puesto que se trata de un privado el que lo pide pero Carazo asegura tener documentación que asegura lo contrario.

  "Tengo la documentación que demuestra que esto que se hizo es a instancia del Ayuntamiento, que es el que ha promovido que el juez determine la orden de entrada y creo que esta vez no va a haber ordenes judiciales", señala la edil, destacando que en el caso de los derribos de diciembre, se echaron abajo ocho chabolas y sólo había orden judicial para dos.

   También ha criticado que la alcaldesa, Ana Botella, se comprometió en una visita a voluntarios y organizaciones a reunirse con todos y elaborar "un plan para dar a estas personas que son dignas, humanas,  una salida social y poder ayudarlas" y este plan, dice, "no se ha hecho". A su juicio, Botella "tiene muy poca humanidad" y una "sociedad que no se ocupa de los más desfavorecidos es una sociedad muy poco humana".