Los meteorólogos vaticinan un verano de calor moderado

Reuters
Actualizado: jueves, 18 junio 2009 18:12

MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Agencia Estatal de Meteorología espera "pocas anomalías" durante el próximo verano, cuando se esperan temperaturas en torno a las normales en la mayor parte de España, menos en Baleares y área de Levante, donde se aprecia una "cierta anomalía positiva" que dejará temperaturas "un poco más altas de lo normal, entre 1,5 y 2 grados centígrados". "Parece que el verano no contribuirá a que éste sea un año con carácter cálido", auguró en rueda de prensa el portavoz de la Agencia, Ángel Rivera.

Este experto indicó que los modelos de predicción manifiestan una tendencia a "precipitaciones por encima de las normales" en las regiones del Cantábrico y del este peninsular, aunque eso no quiere decir que vaya a ser un verano lluvioso, porque en esa apreciación se tienen en cuenta los valores normales del verano. En el resto de España, parece que las lluvias serán las habituales para esta época.

Por otro lado, desde el comienzo del año hidrológico (1 octubre 2008- 30 septiembre 2009) la media de precipitaciones acumuladas se sitúa en un 10 por ciento por debajo de lo normal, un déficit de lluvias que se debe sobretodo a la primavera que está finalizando, y muy especialmente al pasado mes de mayo. Así, según Rivera, las precipitaciones están siendo "ligeramente inferiores" a los valores normales y se han producido de forma irregular, consiguiendo que esta sea la segunda primavera con menos precipitaciones del siglo, sólo por detrás de 2005.

En concreto, Rivera explicó que el año está resultando "especialmente seco" en las regiones atlánticas del tercio occidental peninsular, mientras que en áreas de las regiones cantábricas o mediterráneas, las lluvias alcanzan o incluso superan los valores medios, como en Baleares, parte de Canarias, mitad oriental de la vertiente Cantábrica, cuenca del Ebro, sur de Andalucía y en el cuadrante sureste peninsular.

Por el contrario, durante los últimos ocho meses en el resto de España se registró un déficit de lluvias, aunque la situación fue mejorando a partir de enero. De este modo, en el sur de Galicia, Extremadura, mitad occidental de Castilla y León, norte y oeste de Castilla-La Mancha y zonas de Madrid, la cantidad de lluvia acumulada no alcanzó el 75 por ciento de su valor normal, es decir que llovió un 25 por ciento menos de lo habitual, e incluso por debajo de la mitad en áreas concretas del norte de Extremadura y oeste de Castilla-La Mancha.

Además, el climatólogo de la AEMET Antonio Mestre precisó que debido a esta ausencia de lluvias, sobre todo al final de la primavera, los suelos "están más secos de lo habitual, especialmente en las dos Castillas", aunque los suelos se mantienen húmedos en una estrecha franja de las regiones cantábricas y pirenaicas. En ese sentido, Rivera indicó que la situación es diferente a la de 2008, cuando a estas alturas del año los suelos aún mantenían "apreciables valores de humedad". No obstante, alertó de que aunque persiste la tendencia de suelos secos, puede haber tormentas fuertes que suavicen la situación e informó que estas informaciones han sido trasladadas a las autoridades para ser tenidas en cuenta en los distintos planes, como por ejemplo la prevención y lucha contra los incendios.

LA SEGUNDA PRIMAVERA CON MENOS LLUVIAS DEL SIGLO

Durante la primavera, la precipitación media fue de 120 litros por metro cuadrado, más de un 30 por ciento del valor normal, una cifra que se sitúa por debajo de la mitad acumulada en la "muy húmeda primavera" de 2008, y que es la segunda más baja de un trimestre primaveral en lo que va de siglo, sólo superada por la primavera de 2005 y ocupa el quinto puesto en orden creciente de precipitación media desde 1971.

Asimismo, las precipitaciones primaverales tuvieron una distribución geográfica irregular, de tal modo que resultó de normal a húmeda en Baleares y en la mayor parte de la vertiente mediterránea. El superávit se registró en áreas del sureste peninsular, pero en el resto de las regiones el trimestre ha tenido un carácter seco o muy seco.

Rivera dijo que "especialmente acusado" fue el déficit de precipitaciones en Extremadura, Madrid y mitad occidental de Castilla-La Mancha y Castilla y León, donde las precipitaciones no alcanzaron el 50 por ciento del valor medio trimestral. También en Canarias, la primavera resultó seca a muy seca, menos en la isla del Hierro, donde fue más húmeda de lo normal.

Pero la "culpa" de este déficit de lluvias primaveral "hay que atribuírselo en un 80 por ciento al mes de mayo", según indicó Mestre, ya que la precipitación acumulada del mes sólo llegó a 25 litros por metro cuadrado, el 40 por ciento de lo normal, y, en las regiones mediterráneas, oeste y centro de Andalucía ambas Castillas y Extremadura, las lluvias no alcanzaron "ni siquiera el 25 por ciento de su valor medio". Así, si marzo comenzó siendo muy húmedo en el sureste, húmedo en la mitad oriental y seco o muy seco en el centro y tercio occidental, abril tuvo un carácter húmedo a muy húmedo en el nordeste peninsular, Baleares y zonas de Valencia, aunque en el resto fue un mes normal tirando a seco.

LA QUINTA PRIMAVERA MÁS CÁLIDA DEL SIGLO

En definitiva, Rivera explicó que a falta de tres días para que comience el verano, la primavera en su conjunto fue "cálida", con una temperatura media de 14 grados centígrados, un grado más de la media habitual, aunque en el interior se registraron anomalías positivas de hasta 2 grados centígrados, aunque la anomalía media fue de 0,8 grados centígrados. Así, dijo que la primavera de 2009 se consolida como la quinta más cálida del siglo, tras 2001, 2003, 2005 y 2006, y la décima más cálida, "aunque no exageradamente cálida" desde 1971.

Concretamente, el periodo de marzo a mayo tuvo un carácter "muy cálido" en todas las regiones menos en el norte y oeste de Galicia, las regiones cantábricas, Baleares, sureste peninsular y Canarias donde fue normal o algo más cálida de lo normal, con un grado centígrado más de los valores normales. En cuanto a la zona "extremadamente cálida" del centro y nordeste de la Península hubo observatorios como los de Pamplona, Lérida y Tortosa, donde las temperaturas registradas superaron los valores más elevados de las series históricas. No obstante los récord de temperaturas máximas de mayo se registraron en Palma de Mallorca, donde el día 23 de mayo se alcanzaron los 32 grados centígrados, y en el aeropuerto de La Coruña, que llegó a los 32,5 grados centígrados el día 29.