Un acusado de matar a su mujer y a su hijo: "El mundo se acababa y tenía que salvarles"

Actualizado: lunes, 20 febrero 2012 14:36

 

   ALMERÍA, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El hombre de 36 años que, en junio de 2010, acabó con la vida de su esposa y su hijo de cinco años a cuchilladas en el interior del domicilio familiar ha asegurado que desde un par de días antes del crimen percibía "señales" que le indicaban que "el mundo se iba a acabar" y que le decían que "tenía que hacer algo para salvarlos y hacer que fueran al cielo y no al infierno".

   Cristóbal B.R., quien según los informes médico-forenses del Instituto de Medicina Legal de Almería (IML) que obran en la causa actuó bajo un brote psicótico de tipo poliformo, ha manifestado que su "cabeza sólo cavilaba eso" y que no pudo controlar el "impulso" que hizo que asestará hasta 23 puñaladas a M.G.C. y siete a su hijo, de las que, según ha afirmado, "solo" las dos primeras que les dio "en el estómago".

   A preguntas de la fiscal y de acusación particular, que sostienen que cometió el crimen porque la víctima quería tramitar la separación y apuntan a que existían episodios de malos tratos, ha reiterado una y otra vez que la relación era "excelente de principio a fin". "Éramos una pareja envidiable", ha subrayado el exvigilante de seguridad ante el tribunal de jurado que ha comenzado este lunes en Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

   Cristóbal B.R., quien se enfrenta a una petición fiscal de 50 años de cárcel como autor de dos delitos de asesinato, ha insistido en que se encontraba "muy trastornado" por las "señales que recibía en mi cabeza". "Me vino un brote muy fuerte, como loco", ha asegurado. El letrado de la defensa ha recordado que en 1999 se le diagnosticó esquizofrenia paranoide que le llevó a un intento de suicidio por el que fue ingresado en una unidad de salud mental por orden judicial.  

   El acusado ha negado la mayoría de las imputaciones realizadas por la fiscal, quien ha hecho referencia a las "continuas" llamadas diarias que hacía a la víctima, a su intención manifestada a familiares de separarse y a un diario en el que M.G.C. relataba el deterioro del matrimonio con frase como: "Tengo ganas de nuevo de no existir" o "Vuelvo a sentirme nadie". Sobre esto último ha alegado que su esposa padecía una depresión por una ruptura anterior y que el psicólogo le aconsejaba que registrase sus emociones por escrito.

   Según el relato que ha ofrecido la tribunal, el día del crimen no llegó a cruzar palabra con M.G.C., a quien abordó "sin que ella lo esperase" en la cocina mientras preparaba el desayuno. "Estaba despierto en la cama y me vino un brote muy fuerte. Me levante y fui a la cocina corriendo, pequé un grito, cogí un cuchillo y se lo clavé en el estómago", ha asegurado para, a continuación, indicar que no recuerda "nada más". "Me lo pedían las señales pero no era yo", ha apuntillado.

   "NO ME CONSIDERO CULPABLE"

   En esta línea, Cristóbal B.R. ha señalado que, luego, se quería suicidar "para que todos estuviéramos en el cielo juntos" y que, por este motivo, "me fui corriendo hacía el balcón y me tiré". La documentación que figura en la causa apunta, sin embargo, que se descolgó por unos cables para intentar huir y que se cayó desde dos plantas de altura fracturándose un brazo. "Mi relación era ideal hasta el último momento. No me considero culpable pero me arrepiento mucho porque era lo que yo más quería en el mundo. Lamento el dolor que he provocado y quiero pedir perdón", ha concluido.

   El escrito de acusación fiscal sostiene que el acusado planeó acabar con la vida de ambos y para darle cumplimiento, entró en la cocina ubicada en el número 3 de la calle Pi y Margall de la capital  y, con dos cuchillos de 14 y 11 centímetros de hoja, le asestó hasta 23 puñaladas "de forma totalmente imprevista y sin que pudiese defenderse" a la mujer, que le alcanzaron en el tórax anterior y posterior, así como en la cabeza y los brazos.  

   Subraya el Ministerio Público que cometió el crimen de manera que fuese "aumentando el sufrimiento" de M.G.C., ya que sufrió la mayor parte de las heridas mientras se encontraba con vida. Las tres cuchilladas que le causaron la muerte, tal y como consta en el informe forense, penetraron el lóbulo pulmonar izquierdo y le provocaron un hemoneumotórax con taponamiento cardiaco y "hemorragia profusa tanto a nivel interno como externo".

   A continuación, el procesado asió a su hijo de cinco años y, sin que pudiera defenderse, le apuñaló en cinco ocasiones después de "haberle hecho sufrir intensamente al ver como su madre moría". Falleció a causa de la perforación de la vena cava de "manera inmediata". El fiscal pide que el acusado indemnice a la hija de 17 años de la víctima con 200.000 euros y estima la concurrencia de la agravante mixta de parentesco y la atenuante analógica de trastorno mental.