CADIZ 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Cultura, Rosa Torres, acudió esta mañana al Museo de Cádiz, donde ha entregado la pintura 'La Coronación de espinas', una tabla atribuida a Alejo Fernández en torno a 1530, y un tapiz flamenco, fechado entre finales del siglo XVI y principios del XVII, tras su restauración en los talleres del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) de la Junta.
En declaraciones a los periodistas, Torres resaltó que tanto la pintura sobre tabla como el tapiz, pertenecientes a las colecciones del museo gaditano, son piezas "de un gran valor artístico", cuyo deficitario estado de conservación exigía la intervención por parte de los técnicos del IAPH.
La tabla, atribuida al pintor de origen flamenco Alejo Fernández, recoge el momento en que Cristo es coronado de espinas y mostraba graves deficiencias en el soporte, de madera cubierta de estopa, además de un oscurecimiento generalizado de la superficie pictórica, de manera que los trabajos de restauración, prolongados durante un período de 11 meses, han permitido recuperar la calidad pictórica y restablecer su apariencia original.
La otra obra restaurada es un tapiz cuya morfología y estilo coinciden con los de la escuela flamenca de finales del Renacimiento y en el que se representa lo que se conoce como escena de batalla, junto a una bordura o cenefa formada por guirnaldas de flores y frutas entrelazadas.
El estado de degradación de la pieza, de la que se desconoce su autoría, se debía a la caducidad de los materiales empleados, al gran peso que sufre la tela al ser expuesta verticalmente y a diferentes usos y manipulaciones. El tejido de base mostraba una gran fragilidad, con numerosos desgastes y roturas, además de deformaciones y decoloración generalizada de los tintes.
El tapiz fue sometido previamente a una limpieza exhaustiva con el fin de eliminar el polvo y la suciedad para, a continuación, prescindir de parches y recosidos añadidos con el tiempo que debilitaban aún más la estructura del tejido. Por último, se consolidaron las zonas más dañadas por roturas, se fijaron los hilos sueltos y se tiñeron las distintas zonas que habían perdido color procurando obtener una tonalidad uniforme en toda su superficie.