Cádiz.-Tribunales.- La defensa de los guardias civiles acusados de cohecho dudan de la "imparcialidad" de la Benemérita

Europa Press Andalucía
Actualizado: martes, 7 febrero 2006 16:28

CADIZ 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

La defensa de los dos guardias civiles acusados de cohecho y de omisión de perseguir delitos y de un civil acusado además de contrabando de tabaco dudaron hoy, durante la celebración del juicio, de la "imparcialidad" de los testigos que pasarán estos días por el estrado, ya que, a su juicio, al ser todos agentes de la Guardia Civil no van a permitir que salgan absueltos, "porque quedaría en entredicho el buen hacer" del Cuerpo al que pertenecen.

La vista que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz sienta en el banquillo de los acusados a tres personas, para los que la Fiscalía pide cuatro años y medio para dos guardias civiles por un presunto delito de cohecho y otro de omisión de perseguir delitos, al relacionarlos con un tercer acusado --F.V.--, para el que pide cinco años porque supuestamente sobornaba a los agentes con dinero para poder realizar contrabando de tabaco.

Tras conformarse en la mañana de ayer el jurado popular, el juicio continuó hoy con las calificaciones de las partes, que sirvió para que la Fiscalía y la defensa tuvieran los primeros desencuentros debido a la incorporación de dos agentes como testigos, "que no aparecían en ningún lado de la causa". Así, los letrados de la defensa afirmaron además que, "después de ocho años, no se nos puede decir que estos guardias civiles actuaron" en la causa.

Además, la defensa se quejó de la "dilación" que ha tenido el proceso, ya que los hechos datan de 1998, por lo que son "ocho años" los que los acusados "han tenido la causa encima como una espada".

La incorporación de dos nuevos agentes en la nómina de testigos hizo que la defensa declarara abiertamente que "en este procedimiento la Guardia Civil no es parcial", al considerar que la Benemérita "no se puede permitir que estos señores salgan absueltos", llegando a afirmar que los testimonios que realizarán los agentes que llegarán como testigos a partir de mañana "están preparados, recuperarán la memoria", ya que "después de 7,5 años se acordarán de la camiseta que llevaban puestas los acusados o si estaban al lado de un quiosco de la ONCE o de Miko".

Además, la defensa puso de manifiesto que están ante un proceso por contrabando de tabaco y cohecho "en el que no se ha cogido ni una sola cajetilla de tabaco". Asimismo, la segunda desavenencia con la fiscal por parte de la defensa se llevó a cabo cuando el representante de uno de los agentes presentó una documentación para justificar el manejo de dinero en metálico que tenía y que se le intervino el día de la detención, perteneciente a la economía "familiar" y que, según los hechos de la instrucción, podrían pertenecer a un presunto soborno.

Por todo ello, tras insistir en la "imparcialidad" de la Guardia Civil como testigo de este caso, la defensa instó al jurado popular a que llevara a cabo a la hora de dar su veredicto el principio de 'in dubio pro reo'. Para eso, recordó el caso Wanninkhof, en el que Dolores Vázquez finalmente resultó no ser culpable aunque el jurado popular sí la declarase en su momento.

CONDECORADOS

La defensa recordó que los dos agentes fueron muchas veces reconocidos por su labor e incluso condecorados por los servicios prestados dentro del Cuerpo en la lucha contra el narcotráfico y contra el contrabando.

Además, pusieron en duda también el inicio del proceso de instrucción, ya que, según indicó, las escuchas telefónicas se iniciaron a raíz de que "un tal Pepe de Sanlúcar diera credibilidad a la Guardia Civil y el juez ordenara las escuchas". La defensa se quejó de que "ocho años después todavía no sabemos quién es Pepe Sanlúcar y la Guardia Civil dice ahora que no se sabe quién es y que no va a venir".

Por su parte, en cuanto a las escuchas, la defensa de uno de los guardias civiles indicó que de todas las existentes su defendido sólo interviene en dos, de las que una de ella era para darle el pésame a F.V. por la muerte de un familiar y la otra es para quedar con el confidente para que le diera información de una operación de las que días después hay diligencias de que se llevó a cabo.

LOS HECHOS

Los hechos, según pudo conocer Europa Press, se remontan al año 1998, después de que en el mes de julio la propia Guardia Civil tuviera noticias de que supuestamente algunos agentes del Grupo Antidroga colaboraban con personas que se dedicaban al contrabando de tabaco.

Ante esas sospechas, un juez autorizó la intervención del teléfono de F.V., conociéndose entonces que supuestamente los dos agentes que se sientan en el banquillo se relacionaban. Además, según la acusación, se pudo conocer que a cambio de determinadas cantidades de dinero, los agentes omitían cualquier investigación sobre la actividad de F.V., a pesar de que sabían que se dedicaba al contrabando de tabaco.

El 17 de septiembre de 1998, agentes de Asuntos Internos de la Guardia Civil detuvieron a F.V. cuando se encontraba con uno de los guardias y, según la acusación, le había entregado al agente un paquete con 150.000 pesetas.

Además, según consta en el auto de hechos justiciables, una investigación patrimonial sobre ese Guardia Civil determinó que el agente había realizado ingresos no justificados en una cuenta corriente a su nombre en noviembre de 1997 (320.000 pesetas) y que ese mismo mes había abierto otra cuenta en otro banco con 150.000 pesetas también sin justificar.

En cuanto al segundo agente, un registro en su domicilio halló en una caja de caudales cuatro sobres que contenían diferentes cantidades de dinero, sumando un total 277.000 pesetas, según el fiscal, procedentes de pagos anteriores.

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